Conciliación obligatoria frenó despidos en la ex Famar
Mañana movida en Río Grande

Conciliación obligatoria frenó despidos en la ex Famar

13/12/2012
L
a mañana del jueves comenzó con malas noticias para los trabajadores de la firma Delphi Electronics, ex Famar Fueguina, quienes al llegar a la planta fabril de Forgacs entre Almafuerte y Mosconi, se encontraron imposibilitados de ingresar a sus puestos laborales.
En el lugar las cadenas y los candados abundaban en las puertas de acceso y en las salidas de emergencia. En el interior, una veintena de efectivos de seguridad de una empresa privada custodiaban el edificio.
Con el correr de los minutos los trabajadores fueron congregándose en la puerta de acceso mientras se corría el rumor de que la empresa había cerrado de forma definitiva sus puertas. Mientras, de a poco se iban sumando las confirmaciones de los primeros telegramas de despido para parte del personal.
Cerca de las 9 de la mañana los representantes de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) junto al cuerpo de delegados y un grupo de trabajadores, lograron forzar la puerta de acceso e irrumpir en el interior de la planta fabril.
Una vez dentro permitieron la salida del personal de seguridad y se congregaron en el comedor de la fábrica, donde pasadas las 10.30 dio inicio una asamblea de trabajadores, delegados y autoridades del gremio.
En tanto, trabajadores del sector Salud se sumaron a la movilización en respaldo a los despedidos, devolviendo así gentilezas luego de recibir el apoyo de la UOM a sus reclamos sectoriales.
Durante ese lapso la información fue sumamente confusa. A las escasas novedades se les sumaba la incertidumbre de los trabajadores que de a poco se iban enterando que ya les habían mandado los telegramas de despido a sus domicilios.
En efecto, cerca de las 11 de la mañana ya eran al menos 150 los trabajadores cesanteados, muchos de ellos contratados. Pero la mayoría de los despedidos era personal efectivo de la empresa, algunos con más de 18 años de antigüedad dentro de la fábrica.
Pasado el mediodía se supo que el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria, retrotrayendo el escenario al miércoles y por lo tanto, frenó nuevos despidos ya que había corrido con fuerza el rumor de que hoy serían al menos unos cien trabajadores más los desafectados por la empresa.

Conciliación obligatoria por quince días

El ministro de Trabajo de Tierra del Fuego, Gerardo Chekerdemian, aseveró que “la conciliación obligatoria se dicta por 15 días y lo que hace es volver la situación a fojas cero. En este caso puntual hubo telegramas de despido y la empresa cerró sus puertas, por lo que la conciliación obligatoria los intima a retomar sus actividades normales”.
Por otro lado, el funcionario provincial aseguró que “en la reunión que mantuvo la Gobernadora en Buenos Aires con los directivos de Famar se habló de 98 empleados que fueron comunicados de su despido vía telegrama; hay versiones que plantean un número mayor, pero son versiones y no podemos ratificarlas”.
Por último, Chekerdemian aseveró que “en la audiencia se le requerirá a la empresa la documentación respaldatoria de todas la medidas que hayan tomado para poder así evaluar la situación y el proceder que se adoptará desde el Ministerio de Trabajo”.


Por cierre o por castigo, la duda de todos

Los trabajadores no podían contener las lágrimas. Muchos de ellos lloraban desconsoladamente por la pérdida de sus trabajos a horas de iniciar las vacaciones. Otros, porque veían truncado sus proyectos tras años de dedicación a una empresa que tuvo durante mucho tiempo fama de ser una firma estable y confiable dentro de un rubro donde la inseguridad suele ser moneda corriente.
“Esto ya lo viví. No es la primera vez que cuando quieren cerrar, echan a todo el personal antes de salir de vacaciones. Esta historia no es nueva”, gritaba en la puerta de Delphi una empleada con muchos años de trayectoria dentro de la empresa.
Por otro lado, otra mujer con más de 22 años de antigüedad en la compañía aseguró que “a mí me llamaron por teléfono y me dijeron que me quedara tranquila, que la empresa iba a seguir el año que viene y que tenía mi puesto laboral asegurado. La verdad, no entiendo bien el criterio que usaron para despedir a los empleados”.
Otro trabajador, con ocho años de permanencia ininterrumpida en la firma electrónica, decía en voz baja: “Están haciendo 'limpieza'. Se sacan de encima a los que faltan mucho. Acá hay gente que después de quedar efectiva empezó a faltar y pasa mucho tiempo al año sin trabajar”.
“Acá tenés gente que se pela el lomo (sic) y se gana su lugar y otros que porque son efectivos creen que tienen el lugar comprado. Y a la hora de echar empleados, acá no hacen distinción”, dijo una joven con tres años de antigüedad, al borde del llanto.
En todos los casos hubo coincidencia. El nivel de ausentismo en las fábricas de Río Grande es elevado y ello atenta contra los procesos productivos porque en muchos casos cuesta cumplir con los objetivos que la empresa impone. Y a la larga, eso se paga.
Más allá de la bronca y el desconsuelo, a los trabajadores les indignó de sobremanera enterarse que se quedaban sin trabajo de la forma que lo hicieron: de un día para el otro, sin explicaciones y observando que la puerta que cruzaban a diario ahora tenía cadena y candado.

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