De 40 empresas electrónicas, 2 invierten en investigación y desarrollo
L
os pedidos del Poder Ejecutivo Nacional para que los industriales argentinos y los fueguinos en particular inviertan en investigación y desarrollo (I + D) se vienen reiterando desde hace más de 6 años, cuando se prorrogó el famoso Decreto 490, que dio apertura a nuevos procesos productivos y que pusieron a la Tierra del Fuego en sintonía con las nuevas tecnologías y a las necesidades del mercado nacional.
Lo hizo el ex presidente Néstor Kirchner en 2006, cuando extendió la vigencia de esa norma, y lo sigue haciendo de manera frecuente la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, cuando plantea los objetivos del modelo de desarrollo industrial de la Argentina, y toma frecuentemente como referencia a Tierra del Fuego como un ejemplo de la generación de mano de obra, logrado a partir de la sustitución de importaciones.
Pero en abril de 2009, a cuatro meses de asumir su primer mandato, cuando la jefa de Estado visitó la Provincia para inaugurar las ampliaciones del Aeropuerto local y a recorrer la planta que había terminado recientemente el grupo Newsan, la Presidenta “fue por más”, al plantear la necesidad de “desarrollar a fondo la industria nacional incorporando valor agregado, porque cada nueva pieza que se hace, cada nueva línea de producción, cada producto nuevo no solamente son menos dólares que se van afuera, sino que son más puestos de trabajo para todos los argentinos”. Ese reclamo de “mayor compromiso” de parte del sector empresarial para potenciar una industria propia, tiene una alta respuesta en gran parte del País, pero muy baja en Tierra del Fuego.
2 entre 40
Los miles de fueguinos que estuvieron presentes en la inauguración de la última planta de Newsan –CM, ese gran edificio que estuvo abandonado por cerca de 16 años frente a la costa, símbolo del saqueo de la 19.640 y del vaciamiento industrial de la argentina de los 90–; los industriales que formaron la primer línea del acto frente a la Presidenta, los medios de prensa locales y nacionales que registraron la puesta en marcha de esa planta, todos; recordarán cuando después de destacar la perseverancia en su lucha de la cooperativa Renacer, Cristina Fernández de Kirchner decía: “La clave de este proceso de industrialización es sustitución de importaciones pero al mismo tiempo agregar todos los eslabones de la cadena, y si no podemos todos por lo menos en los más competitivos desarrollarlos, y si no los puede desarrollar la firma por lo menos que lo desarrolle un proveedor de manera tal de también amplificar el proceso de industrialización en más pequeñas y medianas empresas, grandes generadoras de trabajo”.
Sería extenso enumerar todas las intervenciones y los pedidos directos que la Primer Mandataria ha efectuado durante su primer y segundo gobierno reclamando inversión en investigación y desarrollo, como en ciencia y tecnología. La última; hace seis días atrás, cuando presentó el Plan “Argentina innovadora 2020” y donde llamó a al sector privado a invertir en desarrollo tecnológico. La clave “es la inversión y es el sector privado el que debe hacerla ya que es el que más plata ha ganado en la última década”, señalaba.
Pero nada de eso parece llegarles a los industriales que poseen plantas en Tierra del Fuego, ya que de las 40 empresas de producción de electrónica radicadas en la isla al amparo de la 19.640, solo 2 invierten en I + D. Así lo confirma un trabajo de investigación que puso en marcha el ex ministro de Industria de Tierra del Fuego Fabio Delamata y cuyos resultados se conocieron el año pasado (días antes de alejarse de esa cartera ministerial, para ocupar un alto cargo gerencial en el grupo Newsan), donde se indica que solo la empresa Famar (subsidiaria de la multinacional Delphi) y Mirgor, ambas radicadas en Río Grande y dedicadas a producir componentes para la industria automotriz, invierten en investigación y desarrollo.
Los datos referenciados fueron ratificados la semana pasada por funcionarios de ese Ministerio, cuando EDFM indagó si el mapa de inversión de I + D se había modificado de manera positiva desde agosto de 2012 a la fecha o en su defecto, si el objetivo de crear una asociación entre las empresas y los científicos– investigadores de Tecnópolis del Sur, (que nada tienen que ver con la feria, solo la similitud del nombre), se había cumplido y en qué estado de desarrollo se encontraba.
“Escaso o nulo interés”
“Por el momento no se ha podido dar un solo paso. La situación es la misma de agosto del año pasado”, respondieron quienes ven en el sector empresarial, “escaso o nulo interés” por ampliar la sustitución de importaciones, a partir de la fabricación de elementos propios que amplíen la producción nacional y que garanticen la sustentabilidad del régimen industrial en el tiempo.
Es más, el pasado jueves, fecha en que se tenía previsto avanzar en el seno de la Comisión del Área Aduanera Especial (la CAAE), después del anuncio casi desapercibido que formuló la Gobernadora Fabiana Ríos durante la apertura de las Sesiones Ordinarias de la Legislatura, respecto a la creación de un consorcio para la puesta en marcha de un plan de I + D, “no pasó nada porque el tema no se tocó”. Y la posibilidad de que entre estas 40 empresas, reunieran tan solo 60 mil pesos por mes para financiar a investigadores argentinos el desarrollo de prototipos y nuevas tecnologías, para ampliar la base de la sustentabilidad industrial en Tierra del Fuego, queda trunca o al menos evidentemente relegada.
Podría ser que este grupo de investigadores de Tecnópolis del Sur no fueran quienes más atraigan a este empresariado, que con excepción de Rubén Cherñajovsky (dueño del grupo Newsan que tampoco invierte en I + D a pesar de haber sumado a sus filas a Delamata), escasamente participan de la dinámica social de Tierra del Fuego.
De todas maneras, en la reunión de la CAAE tampoco se presentó alguna otra propuesta o alternativa, para suplir a estos investigadores que entre sus filas tiene parte de la materia gris que diseña las nuevas tecnologías que ofrece al mundo la finlandesa Nokia. La misma empresa que fabrica lo que se termina de ensamblar en Tierra del Fuego, lo que diseñó para otro país un argentino.