Caso Glisud

“Siempre sospeché que Manfredotti podía estar detrás de Glisud”

16/04/2013
E
l comerciante Abel Zanarello consideró ayer que la Justicia debería investigar y procesar por estafa al empleado del ex gobernador Carlos Manfredotti que se quedó con una propiedad suya en el marco del escándalo con la empresa fantasma Glisud SA.
Se trata de Jorge Alberto Ábalo, trabajador del hotel Villa Brescia, propiedad de la ex familia gobernante, quien como apoderado de Glisud se cedió a sí mismo un local de Zanarello ubicado en la avenida Alem, que había quedado en manos de la empresa merced a una presuntas maniobra delictiva con el Fondo Residual del Banco de Tierra del Fuego.
Este medio publicó ayer que el caso Zanarello es la primera evidencia concreta de la causa que involucra a la máxima autoridad de la época, ya que la hipoteca del inmueble, adquirida por Glisud a través de una subasta irregular que contó con la complicidad de funcionarios del Residual, terminó por un “pasamanos” en poder de alguien muy cercano a Manfredotti que no podría justificar su adquisición.
“Abalo tendría que estar procesado para que explique en un juicio cómo consiguió la plata (para comprar el local) y por estafa, porque como apoderado de Glisud inició la ejecución del total del crédito cuando sabía que sólo podía tener algún derecho por la mitad, dado que la otra mitad yo la había pagado”, acusó Zanarello.
El comerciante recordó que estas evidencias en la investigación fueron aportadas por el testigo Víctor Tela, “a quien despojó de un campo cerca de Tolhuin la misma gente que luego integró Glisud. También en esa causa se logró el procesamiento de las mismas personas. Es evidente que se toparon con alguien como Tela que fue capaz de reconstruir con pruebas cada una de estas maniobras. Y que ha hecho un trabajo impecable”, reseñó.

“Minga de buena fe”

En diálogo con un periodista de EDFM, Zanarello contó que era dueño de la concesionaria de autos Seat, y que como consecuencia de la crisis económica del 2001 la firma quebró y se fue del país.
“Yo tenía un crédito del BTF pagado hasta la mitad y después del corralito entré en mora. El préstamo pasó al Fondo Residual como tantos otros, elegidos porque tenían garantía hipotecaria y se podían subastar. Así fue como lo adquirió Glisud, mediante una oferta falsa y repleta de irregularidades que la Justicia logró demostrar”, señaló.
Después, la empresa fantasma con domicilio en un prostíbulo de Buenos Aires cedió el crédito a Ábalo, el empleado gastronómico de Villa Brescia.
“Intentaron simular una compra de buena fe, es decir que Ábalo adquiría mi propiedad sin saber la situación irregular de Glisud. Pero resulta que Abalo es Glisud, ya que según se desprende de los documentos aportados a la causa, esta persona se presenta como apoderado de la empresa y luego se vende a sí mismo la propiedad, así que minga de buena fe”, graficó Zanarello.
El ex concesionario de Seat explicó que el local se lo alquiló a la familia Manfredotti entre fines de 2001 y mayo de 2007, para el funcionamiento de una Unidad Básica del PJ.
“En ese tiempo no tuve ningún problema. Pagaban puntualmente el alquiler. Pero en mayo de 2007 empiezo a armar otra actividad comercial y les hago saber con anticipación que voy a disponer del local. Como no tengo respuesta le envío una nota, y como sigo sin respuesta le curso una carta documento que tampoco me contestan. En cambio recibo una carta de Glisud SA informándome que iban a ejecutar la hipoteca de mi propiedad”, detalló el comerciante. Y agregó: “ahí me entero que mi préstamo había sido subastado por el Fondo Residual y que Glisud lo había adquirido. Fue una sorpresa porque yo estaba tratando de vender otros bienes para pagar el 50% del préstamo que me restaba pagar”.
Desde entonces Zanarello se defendió en dos frentes: inició un juicio de desalojo contra los Manfredotti que recién concluyó hace un año y medio, y tuvo que evitar que Glisud (en realidad Ábalo) ejecutara la hipoteca de la propiedad.
“Lo de Ábalo es increíble. Por un lado dice que pagó por el crédito más de 200 mil pesos. Por el otro cuando inició la demanda para ejecutar la hipoteca pidió litigar sin gastos porque manifestó ser un jubilado insolvente”, planteó.
También describió que cuando le devolvieron el local, presentaba un avanzado estado de deterioro. “Está destruido, sufrió inundaciones, levantamiento de pisos, falta de radiadores. Todo ello sin contar los cinco años que no pude alquilarlo ni disponer del inmueble”.
“Siempre sospeché que Manfredotti podía estar detrás de Glisud y por eso no me devolvían el negocio. Con sólo observar la relación de las autoridades de la empresa con los funcionarios de la época, no quedaba otra que pensar eso. Ahora, que hay pruebas, lo que parecía se puede comprobar”, afirmó Zanarello.

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