Futuro incierto para los trabajadores y los docentes de la escuela Entre Ríos

El aserradero Bronzovich despidió a todo su personal

01/05/2013
L
ejos de las repercusiones mediáticas y de las manifestaciones gremiales que se viven en Ushuaia y Río Grande, los operarios del aserradero Bronzovich Hermanos SRL fueron notificados el pasado viernes 26 de abril de que el trabajo que realizaban en ese lugar se había terminado. El único fundamento planteado, el “cierre del establecimiento industrial”.
De tal manera, 40 personas quedaron el pasado martes 30 prácticamente en la calle, ya que las casas que habitan, el gas que usan, la electricidad y el agua que consumen y la leña con que calentaban sus viviendas, son del aserradero.
“Por medio de la presente procedemos lamentablemente a rescindir su contrato de trabajo a partir del día 30 de abril de 2013, por cierre del establecimiento industrial; agradeciendo los servicios prestación de tareas que Ud ha realizado a favor de nuestra empresa durante este tiempo. Su liquidación final, como asimismo las indemnizaciones que establece la ley 20.744 y los certificados de trabajo correspondientes se encuentran a su disposición en plazo legal”, indica el acta de escribano mediante la cual fueron notificados los hoy desempleados, que sin contención del Estado provincial, ni defensa gremial, solo recibió la asistencia y el asesoramiento de funcionarios de la unidad Ushuaia del ANSES.
Más allá de los fundamentos notariales, los trabajadores indicaron que las explicaciones dadas por la gerencia es que el aserradero “dejó de ser rentable porque las áreas de extracción se encuentran muy lejos del Lago Escondido”, por lo que el gasto que significa mantener la estructura de personal hace inviable a la empresa que aún mantiene como razón social la denominación “Aserradero Bronzovich Hermanos SRL”.
El daño colateral de esta medida empresarial (cuyos verdaderos dueños son hasta el momento desconocidos), va más allá del trabajo de este grupo de hombres y de sus familias, ya que los 45 chicos que asisten a la escuela Entre Ríos son mayoritariamente hijos los trabajadores madereros. Por lo que el establecimiento educativo también se verá seriamente afectado en su número de alumnos y por ende, reducido a su mínima expresión el plantel docente que por ser muchos de ellos interinos, tampoco tienen estabilidad laboral. Todo ello, sin tener en cuenta, que todos los servicios con que se abastece el edificio (luz, gas y agua), vienen del aserradero.
Hoy por la mañana, los docentes tenían pensado conmemorar el día del trabajador, jornada que sin lugar a dudas estará jalonada por la tristeza de estas 150 personas (entre hombre, mujeres, niños y niñas) de las 30 familias jóvenes familias que prometía constituir –según los objetivos políticos del gobierno y de algunos políticos–, la cuarta comunidad de la Tierra del Fuego.
En el salón central del establecimiento, donde han pasado gran parte de sus días alumnos y docentes, hoy reina la angustia pero también el espíritu de lucha de alguna maestra o maestro que en un afiche transcribió una frase de un tal Marquis de Lafayette, en el cual se pregona: “Rebelarse es el más sagrado de los derechos y el deber más indispensable”.
Detrás de esas palabras que por su tipografía están más cerca de una sala de jardín de infantes, que de la lucha por los derechos laborales, se esconde un pequeño rayo la esperanza, para que un acto solidario el resto de la comunidad fueguina acuda en ayuda de todos ellos.

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