Se cumplen cien años del natalicio de Enriqueta Gastelumendi
Homenaje en la sala Niní Marshall de la Casa de la Cultura

Se cumplen cien años del natalicio de Enriqueta Gastelumendi

14/07/2013
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e cumplen hoy los cien años del natalicio de Doña Enriqueta Gastelumendi. Por tal motivo la Municipalidad de Ushuaia rendirá un homenaje a las 18, en la sala Niní Marshall de la Casa de la Cultura.
Cabe recordar que la Casa de la Cultura también lleva su nombre, precisamente en homenaje a la autodidacta del tallado en madera de lenga. Enriqueta más conocida como nuestra querida India Varela, a quien muchos la recuerdan por sus esculturas en lenga y además, durante sus últimos años ella siempre estaba sentada en su casa de avenida San Martín, tercera cuadra, donde a través una ventana grande miraba al exterior y allí también exponía sus obras artísticas, que luego recorrieron el mundo.
Doña Enriqueta nació el 15 de julio de 1913 en la Ciudad de Río Grande, Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, en la estancia Viamonte. Ella era la menor de cinco hermanos, sus padres fueron María Felisa Cusanchi y Ramón Gastelumendi. Ella era una de los últimos descendientes directos del pueblo Selk´nam, mestiza, hija de madre selk´nam y padre vasco.
En aquellos años, la población de Onas –o Selknam– había disminuido drásticamente; de cuatro mil nativos que habían en 1880, solo quedaron unos quinientos en 1905, amparados por las misiones salesianas y la misión de Bridges en las estancias Harberton y Viamonte.
Cuando Enriqueta cumplió cinco años, se trasladaron a la estancia Harberton, y más adelante a la estancia Moat, donde fallece su padre, con quien tenía una excelente relación.
La nativa de la Isla con Jesús Varela tuvieron nueve hijos: Jesusa, Isabel, Esther, Dionisia, Ángela y los que fallecieron: Enriqueta, Celestino, Jesús y Amanda. En segundas nupcias estuvo casada con José Santín.

Transmitió su arte

La escultora autodidacta comenzó a tallar figuras de animales de la zona, en madera de lenga y ella utilizaba las herramientas mínimas indispensables. Tenía un don especial, porque no había cursado la escuela. Más tarde, cuando el director de Cultura Ego Pereda fue hasta la Cabecera del Lago Fagnano la invitó para que enseñara su arte en la capital fueguina. Así fue que en 1973 se trasladó a Ushuaia.
Una de sus alumnas fue la artista visual Mónica Alvarado, quien la recuerda con mucho cariño.
La mayor parte de sus tallados se llevaron los turistas que visitaron Ushuaia, desde todos los países. Los turistas veían sus obras, a través de la ventana de su casa, en la céntrica calle San Martí y Rivadavia.
También las autoridades les encargaban algunas obras, cuando tenían que entregar algún presente a personalidades que llegaban a Ushuaia.

Ciudadana ilustre

La escultora nativa de Tierra del Fuego en 1993 fue declarada Ciudadana Ilustre de Ushuaia. Anteriormente, su nombre fue impuesto a la Casa de la Cultura de la Municipalidad de Ushuaia y a la Biblioteca de la Escuela Nº 9 de Ushuaia. Posteriormente, el Paseo Artesanal, ubicado en el predio de la Plaza 25 de Mayo también lleva su nombre y recientemente un colegio secundario del barrio Río Pipo lleva el nombre de Enriqueta.
Doña Enriqueta falleció a los 91 años en 2004.

Escultura autodidacta

Enriqueta “tenía un don natural”

Los vecinos de Ushuaia y muchos turistas recuerdan a Doña Enriqueta Gastelumendi, quien falleció a los 91 años, a raíz de una afección pulmonar. Su familia desde luego que con cariño la tiene siempre presente.
Su nieta María Esther Vera Varela (43), quien es hija de Jesusa (falleció en 2008) muy emocionada recordó a su abuela Enriqueta con sus obras, su elegancia, la educación que tenía.
“Precisamente, para este aniversario queríamos que regresen sus obras de Río Grande a Ushuaia”, expresó a EDFM al referirse a las esculturas de Gastelumendi que se trasladaron al Museo de Bellas Artes, en la ciudad de Río Grande. “Mi abuela vivía aquí y creo que el lugar indicado es que estén aquí, a ella venían a verla aquí y justamente, los que pasaban, compraban sus obras y recomendaban que vinieran a verlos acá”, precisó María Esther.
La nieta también comentó que “con mis nietos para ver las obras de su tatarabuela tenemos que ir a Río Grande y coordinar horarios, es toda un trastorno, antes estaban aquí en el Museo y era a una cuadra de la casa de mi abuela”.
María Esther contó que “la idea nuestra era hacer traer sus esculturas para cuando cumpliera cien años a modo de reconocimiento, es lo que desea la familia. Ella tiene muchos ´choznietos´o tataranietos”, expresó la nieta.
Enriqueta fue declarada Ciudadana Ilustre de Ushuaia, en 1993, pero anteriormente tuvo un reconocimiento internacional a través de una nota de una periodista de Francia. Luego vino el reconocimiento Nacional.
Su hija Esther Varela guarda “el mejor recuerdo del mundo”, puntualizó a EDFM y prosiguió, “era una mujer que lo podía todo, se hizo en la zona rural de Tierra del Fuego, tuvo ocho hijos en la zona rural, la novena hija (Esther) en el Hospital de Ushuaia”.
Cuando vivía en la cabecera del Lago Fagnano, “a escondidas de mi papá porque él no quería, tallaba los juguetes a mis hermanos. Luego, cuando enviudó hacía ´mis trabajitos´, como decía ella, para vender”, contó su hija menor.
“Mi madre tenía una sabiduría muy especial, no pisó una escuela y mi vieja tenía una gran visión en cuanto a todos los animales. Hacía dibujos maravillosos, esculturas, que tienen una particularidad que parecen seres vivos, hacía cabezas de indios, pingüinos, guanacos, cormoranes”, explicó Esther a EDFM.
Lo que más les gustaba tallar los animales o plantas, tenía un don natural y ella anhelaba que alguno de sus hijos siguiera el arte. Participó en un Concurso de Escultura en la Pampa, allí obtuvo el Premio.
“Comenzó tallando los juguetes para sus hijos y luego para conseguir unos pesos siguió con ´mis trabajitos´, amaba hacerlo. Se dedicó hasta altas horas de las noches con lámparas a kerosen”, recordó su hija Esther.