E
l segundo juicio oral y público por el homicidio de Claudio Prada, ocurrido en Ushuaia en junio de 2009, se reanudará hoy a las 10 con la declaración de una última testigo y la posibilidad de que luego se realicen los alegatos de las partes acusadora y defensora, confirmaron fuentes ligadas a la investigación.
El Tribunal Oral en lo Criminal de la ciudad, integrado por jueces subrogantes, escuchará el testimonio de Ivana Macagno, una mujer ligada al pub donde se habría planificado parte de la logística del crimen, según postulan los acusadores.
Una vez concluida la exposición, los magistrados procederían a la incorporación de las pruebas documentales y con posterioridad se llevarían a cabo los alegatos.
El primero en exponer será Cristian Prada, hermano de la víctima y parte querellante en el juicio, mientras que luego lo hará la Fiscalía representada por el fiscal Mayor, Guillermo Massimi.
Según trascendió, de ambas alocuciones surgiría una solicitud de condena de prisión perpetua para los cuatro acusados, en orden al delito de homicidio agravado por la participación de dos o más personas.
En tanto, después alegarán las defensas de Héctor Omar Caraffa y de Maximiliano Oscar Farías, ambos detenidos por su presunta relación con el hecho, y Gustavo Ariel Farías, quien está libre desde que los absolvieron a todos durante el primer juicio realizado en 2010. Estas tres personas son oriundas de la provincia de Santa Fe, y de acuerdo a la acusación fiscal habrían viajado a la provincia para cometer el homicidio que se atribuye a un ajuste de cuentas por un caso de drogas.
Por su parte el cuarto acusado, Gustavo Adrián Zapata, quien en el momento de los hechos vivía en Ushuaia pero ahora se encontraba fuera de la provincia, no se presentó al segundo juicio y fue declarado en rebeldía por la Justicia.
Tras los alegatos, los jueces Javier De Gamas Soler (juez de instrucción) Guillermo González (juez de Ejecución) y Felicitas Maiztegui Marcó (jueza Correccional) dispondrán la fecha para una nueva audiencia en que se escucharán por última vez a los imputados antes de que el tribunal se retire a deliberar.
El veredicto del caso podría darse a conocer antes del viernes, en que está previsto la continuidad del juicio por el escándalo de las Letras de Tesorería, que lleva a cabo el mismo órgano judicial pero integrado por sus miembros titulares.
Un caso controvertido
El juicio que tendrá desenlace esta semana comenzó el pasado jueves 1 de agosto en el edificio de Tribunales de Monte Gallinero.
El anterior proceso, realizado hace tres años, fue dejado sin efecto por el Superior Tribunal de Justicia al constatarse irregularidades en la valoración de las pruebas.
La realización de un segundo enjuiciamiento fue cuestionado en duros términos por las defensas de los implicados, para quienes se está violando el principio de que nadie puede ser juzgados dos veces por un mismo hecho.
El abogado Alejandro Berola, defensor de Gustavo Farías, criticó esa circunstancia, al declarar que “todo el mundo sabe que nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo delito. Mañana le puede pasar a cualquiera. Estoy preocupado por esta falta de amparo a un principio constitucional tan básico”, dijo el letrado.
“El Superior Tribunal ni siquiera anuló el juicio anterior. Entonces no sé para qué hacemos el juicio nuevo. Miramos las mismas pruebas, los mismos testigos, porque no hay nada nuevo”, fundamentó Berola.
A Prada lo mataron de un disparo en la cabeza en el interior de su casa del barrio Rio Pipo, el 19 de junio de 2009. La clave que determinó la anulación del primer juzgamiento fue una nueva interpretación sobre el horario de muerte de la víctima. Según el Tribunal Oral en 2010, el fallecimiento se produjo después de las 18 de ese día. Y en esa fecha y hora, los acusados se encontraban ya en Río Grande, donde poco después abordaron un avión a Buenos Aires.
La Fiscalía y la querella sostienen, en cambio, que Prada murió antes de las 7 de la mañana de ese viernes, lo que ubica a los sospechosos en Ushuaia, donde se produjo el crimen.
La controversia fue alimentada por el grado de imprecisión que arrojó el informe de autopsia, realizado por el perito Carlos Alegre Gervasoni.
