B
ajo el nombre de “proyecto Anádromas Río Grande”, a cargo de el biólogo Miguel Casalinuovo, se busca establecer un estudio detallado mediante diversas técnicas y experimentos del comportamiento de las truchas (marrón anádroma) en la provincia de Tierra del Fuego, orientando los esfuerzos y distintos proyectos a la cuenca principal, la del río Grande y a sus tributarios.
Existen varios métodos utilizados, siendo esencialmente la radiotelemetría una herramienta de uso común en el manejo de fauna silvestre, y se trabaja con ella desde enero de 2013, cuando fueron marcados los primeros ejemplares. Propone abordar estudios tendientes a estimar nuevas variables de utilidad en relación al manejo pesquero en el río Grande, complementando esto último con datos biológicos básicos que si bien no alimentan directamente el modelo, pueden ser importantes en la visión general del sistema. En consecuencia se identificaron como prioritarias dos líneas de trabajo. La primera de ellas se refiere a la estimación de la mortalidad en el sector de acceso público denominado El Tropezón, mientras que la segunda a un análisis del movimiento de los peces mediante radio–telemetría. “Cada ejemplar fue medido, pesado, sexado y se le extrajeron escamas para saber la edad. Posteriormente se les colocó una radiomarca en el lomo, del tipo mochila externa. Luego fue liberado”, señaló el encargado del proyecto.
Las truchas del río Grande y ríos de similares características presentan poblaciones con un comportamiento migratorio con fines reproductivos, cuyos patrones pueden ser estimados mediante esta técnica. Pueden diferenciarse 4 etapas en este comportamiento: a) Migración, b) Búsqueda de sitios adecuados, c) Desove, d) Regreso a los sitios con fines alimenticios. Para ello, varios peces llevan una marca, que emite una señal única que puede ser detectada por un GPS sobrevolando la zona, lo que permite el seguimiento de los movimientos de cada uno de ellos, en forma individual, durante un ciclo de un año. Mediante este método, es posible relevar datos útiles para hacer estimaciones, y con técnicas estadísticas lograr resultados precisos, tales como: analizar los patrones de movimiento de los peces en el sistema, establecer los posibles sitios de concentración de ejemplares con fines reproductivos, estimar la mortalidad post–liberación de los peces marcados, determinar el grado de dispersión de los ejemplares en los tributarios del sistema y estimar el tiempo de permanencia de los peces en la pesquería argentina, entre otros. Miguel, quien lleva adelante estos estudios, destacó: “el objetivo general que pretende el presente proyecto es determinar parámetros de vital importancia como información biológica de base y como componentes del modelo aplicable para el manejo pesquero de la TMA (trucha marrón anádroma) de río Grande: la mortalidad en el sector denominado “El Tropezón” y los patrones de desplazamiento de los ejemplares en la cuenca”.
Los estudios se orientan también a establecer la incidencia en el recurso de la actividad de la pesca deportiva y la mortalidad post–liberación. Como método principal en este aspecto, se utilizaron jaulas con el fin de colocar en observación varios ejemplares capturados. Además se registraron datos del agua, como temperatura, salinidad, acidez del lugar donde fueron capturados, con el fin de igualar estas características en la zona de observación. Para cada pez se midieron distintas variables para relacionar las prácticas de pesca con la mortalidad de los peces, algunas de ellas fueron: el tiempo total de lucha (desde el pique hasta que era puesto en el copo), el tiempo que estaba fuera del agua (para fotos, peso, etc.) y el grado de sangrado, el estado del pez al momento de liberarlo (vigoroso o letárgico).
Estudio de mortalidad en redes agalleras
Otro estudio que viene realizándose desde 2009, tiene como objetivo estimar la abundancia de las capturas de truchas marrones en las redes agalleras costeras de Tierra del Fuego. Este estudio está impulsado a partir del reporte de pescadores deportivos y administradores del recurso, que evidenciaban una merma en la calidad y cantidad de capturas en varios ambientes que comparten la característica común, que es la existencia de la pesca artesanal. Esta, y el furtivismo son las principales razones que fundamentan este cambio de condición de estos ambientes. La acción de pesquerías costeras artesanales en busca de róbalos, responsabiliza la pesca intencional o accidental de los salmónidos en cuestión. Respecto a las medidas de protección provinciales sobre la trucha marrón anádroma en el ambiente marino, la reglamentación actual impide el calado de redes en un radio de 500 metros de la boca de los ríos a fin de proteger a los salmónidos migratorios. Este límite ha sido establecido sin ningún criterio técnico, ni ha sido puesto a prueba durante los años en que ha regido a esta actividad. Por esta causa, se busca a través de la investigación, precisar si esta restricción es adecuada a los fines de preservación de los salmónidos.
Pudieron identificarse tres sitios principales utilizados como base por los pescadores artesanales: el primero y más importante se ubica en cercanías de la desembocadura del río San Pablo, el segundo se encuentra ubicado en la desembocadura del río Láinez, y el tercero se encuentra en cercanías de los límites de la estancia María Luisa. Existen además construcciones de apoyo del tipo refugio, como la ubicada en la desembocadura del río San Martín, las que son utilizadas esporádicamente por los pescadores con base. Los resultados arrojan que contrariamente a lo que es la base de la normativa vigente (la distancia a la boca del río) y en el marco de este estudio, la distancia a la boca del río no juega un rol importante. En ese sentido, lo que indican los resultados es que las capturas se extienden entre diciembre y febrero, y que si el objetivo es limitar la captura incidental de TMA debería considerarse algún tipo de restricción diferente a la actual.
De esta manera, un grupo de científicos y colaboradores, formado esencialmente por conocidos pescadores que desinteresadamente aportan a este proyecto; busca avanzar en las tareas de investigación y consolidar los resultados obtenidos experimentalmente, con el fin de establecer parámetros, que hacen a la conservación y sustentabilidad del recurso pesca. Se hace saber a la comunidad que si se captura un pez radiomarcado, lo informe al responsable del proyecto: Miguel Casalinuovo,
[email protected] – 02901 – 15407416.