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ingún sueño es imposible, si verdaderamente se le da la importancia que merece. Ésta es la primera impresión que se percibe al hablar con Daniel Martínez (25), uno de los viajeros, que montados en su motocarro de tres ruedas, unieron Sudamérica. La idea surgió de manera simple, bajo el lema “de cabo a rabo”, y sin más que muchas ganas de conocer gente y lugares, recopilar buenas historias, y ofrecer actividades artísticas para los más chicos. Recorriendo un máximo de 400 km diarios, a 50 km/h, fueron trazando este recorrido, durmiendo en su motocarro y parando por tiempo indeterminado en los lugares elegidos para descansar y conocer.
El viaje surgió hace al rededor de un año y dos meses; partieron desde Cabo La Vela uniendo Ecuador, Colombia, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. El objetivo era unir Sudamérica y lo consiguieron. Ahora van por más, y con la intención de volver por la costa, tienen pensado llegar a Brasil para el mundial de fútbol 2014. En cada país que recorrieron, llevaron adelante un mensaje. En nuestro caso se trata de presentaciones artísticas para los niños, pidiendo sólo a cambio una sonrisa. Han visitado orfanatos, realizaron donaciones como también así tareas sociales en escuelas rurales, y compartieron distintos espectáculos; todo ello con el fin de enriquecer el viaje y darle un sentido social. Pero como principal mensaje, llevan consigo un símbolo de simpleza y espíritu aventurero, y muchas historias para compartir. Además, llevan impreso en su mirada las ganas de transmitir que sólo se trata de perseguir un sueño.
Existen momentos tristes en toda historia, y ésta no es la excepción. Inicialmente partieron 3 integrantes, los dos viajeros y una perra Pitbull. Lamentablemente, robaron a la perra en Perú, por lo que estuvieron un mes buscándola, dándose por vencidos y continuando el viaje sólo dos. Sin dudas será un episodio inolvidable.
En diálogo con EDFM, Daniel Martinez comentó que “mi nombre es Daniel Martínez y soy de Bucaramanga, Colombia, mi compañero se llama Sebastián López, y él es de Bogotá. Nosotros somos amigos de la infancia, del colegio. El viaje pretende unir el extremo Norte del continente, en el Cabo La Vela, en la Guajira, y el extremo Sur, aquí en Ushuaia. La idea era hacer un proyecto alterno, que es un proyecto social dando malabar, circo y recreación para chicos, que no viene siendo el principal objetivo, pero sí enriquece lo que es la onda de viajar. Nosotros duramos un año y dos meses en la ruta, los cuales pasamos por distintos países”. Respecto a la génesis del viaje destacó “empezó con las ganas de viajar, hablando entre amigos. Presupuestamos todo, antes, armamos nuestro motocarro, si bien está diseñado para servicio público, nosotros lo adaptamos para viajar. Tenemos la posibilidad de dormir uno en el techo y otro en la parte interior, tenemos la posibilidad de cocinar dentro, por ejemplo”. Con respecto a la actividad diaria manifestó “nosotros andamos a 50 km por hora, y recorremos al rededor de un máximo ideal de 400 km al día, que eso representa unas 8 hs diarias, vamos descansando para no sacrificar tanto el cuerpo, mientras uno maneja 4 hs el otro descansa. De todas formas es mucha distancia, y en 400 km hay mucha tierra que uno puede conocer. Nos gusta conocer bien el lugar, nos hemos quedado un mes por ejemplo en Cuenca y dos meses en Cuzco. Uno porque nos gustó el lugar, y otro porque en realidad veníamos viajando con mi perra, que es una pitbull, y nos la robaron. Así que nos quedamos un mes buscándola, sin poder encontrarla. Esta es la parte triste del viaje. En nuestra página publicamos la foto, donde además se puede encontrar otras fotos del viaje, la misma es una página de facebook –foto facebook de cabo a rabo–”.
Esta semana continuarán su viaje rumbo a Brasil, llevan consigo una sonrisa de oreja a oreja tras su sueño hecho realidad. Se van, sabiendo que dejan huella por donde pasan con su motocarro, sabiendo que mientras algunos añoran sueños imposibles, ellos, se encargan de hacerlos realidad.