Carlos Cequeira

Fue el primer argentino que desembarcó en Malvinas

30/03/2014
E
n 1982 el cabo principal Carlos Cequeira, de 27 años, estaba en la Escuela de Infantería de Marina y actualmente es el capitán en el Área Naval Austral; será quien desembarque junto a otros anfibios en la representación que harán mañana en la costa del Canal Beagle, junto a la Plaza Islas Malvinas.
Todos los anfibios fueron convocados por un alerta, alrededor del 21 de marzo, y luego fueron destinados en la Operación de Comando Anfibios. Cequeira estaba en la agrupación en Mar del Plata y desde allí fueron trasladados a Puerto Belgrano para luego embarcar en la Santísima Trinidad, que llevaba aproximadamente 90 hombres.
“Teníamos una orden de preparatoria y el equipo sabía lo que tenía que preparar. Nos habían informado que íbamos a desembarcar de un buque de superficie y que íbamos a tomar un cuartel y una casa de Gobierno, pero no sabíamos dónde”, recordó el actual capitán Carlos Cequeira del Área Naval Austral.
Explicó a EDFM que durante la travesía se hizo prueba del armamento y recién cuando navegaban al lugar se enteraron que el destino era las Islas Malvinas.
Aquel 1° a la noche, a las 20, llegaron cerca de Malvinas y a las 21 se fueron ocupando las embarcaciones menores de neumáticos para aproximarse.
Cequeira junto al jefe de la sección “Cachiyuyo”, el teniente Bernardo Schweizer fueron los primeros en llegar en un kayak al Puerto Enriqueta.
La misión de “cachiyuyo” era desembarcar adelantando a las unidades de tareas y asegurar la cabeza de playa para permitir el desembarco seguro de las tropas.
El marino recordó que luego se escalonaron cinco botes de la sección de seguridad y se establece la cabecera de “playa” y después hicieron desembarcar a los otros veinte botes retantes.
“Primero nos desplazamos en un bote y luego en la primera enredada, perdimos un poco la paciencia y subimos al kayak y empezamos a remar, para llegar a una pequeña ría, sobre la desembocadura del margen derecho. El jefe que iba con un visor nocturno y atrás estaba yo con el compás, que mantenía la dirección de avance; él me dice que se ve una luz en la costa y me advierte. Me presta el visor, miro y se veía que había alguien en la costa y supusimos que estaban los ingleses”, puntualizó Cequeira.
Por tal motivo, dijo que los argentinos decidieron por una playa alternativa que tenían dentro del plan, “la otra playa quedaba a 500 metros de la playa principal e hicimos una exploración los dos con los oídos (Cequeira y Schweizer) y nos juntamos en el lugar y al no tener novedades el teniente marcó con una señal, a los cinco botes y bajaron los hombres de los cinco botes y se establece la cabecera de playa”, precisó.
Asimismo, mencionó que a eso de las 23 llegaron a la playa y la marcha de aproximación de los objetivos fue alrededor de la 1 de la mañana y “a las 6 de mañana, del 2 de abril, teníamos que tomar el cuartel de los Royal Marine en Moody Brook y la Casa de Gobierno”, allí dijo que las patrullas se dividieron en dos, una que se dirigió al cuartel iba al mando del capitán Sánchez Sabarots y otra que estaba a cargo del capitán Pedro Edgardo Giacchino.

“Nos imponían no causar bajas enemigas”

Cequeira recordó que empezaron a marchar y llegaron “teníamos una condición muy particular, y si uno mira las historias de las operaciones tipo comandos vemos que son cruentas con muchos muertos en las propias y en la de los enemigos. En este caso, nos imponían no causar bajas enemigas, con el propósito de llegar bien posicionados para una negociación. No teníamos que matar ni herir a los ingleses y nos condicionaron muchísimo y lo hicimos así, a costa de muertos nuestros. El capitán Giacchino, el cabo Urbina, fueron nuestros primeros heridos”, el 2 de abril de 1982.
El marino señaló que aquel 1° de abril “el mar estaba calmo, había una sola línea rompiente y había una luna que nos encandilaba y cuando llegamos a la playa la luna ya se había puesto. Cuando hicimos la marcha de aproximación estaba oscuro y había muchos obstáculos naturales y artificiales, porque había turba, alambrados. La costa era similar a la de Río Grande”, contó el cabo que había realizado muchas prácticas en la costa patagónica con climas más inhóspitos.
Mencionó que a eso de las 2 de la mañana terminó el desembarco y “llegamos y adoptamos el dispositivo, cada uno tenía una responsabilidad y había quienes dentro de la patrulla se constituyen en escalones. La misión es apoyar y el escalón de seguridad es evitar que lleguen refuerzos al objetivo, con lo cual en la zona donde había un puente y allí se instalaron los de seguridad, para evitar que lleguen soldados ingleses a reforzar lo que era el cuartel”.

“Hubo resistencia débil”

Cequeira contó a EDFM que “hubo una resistencia muy débil” por parte de los Royal Marines, “había diez hombres defendieno el cuartel, quienes tiraron, tiraron y tiraron durante diez minutos y en un determinado momento cesó el fuego”.
Luego, dijo que “cada uno ingresó a lo que era el cuartel y no encontramos a nadie y en ese momento, arriamos la bandera inglesa que estaba en el mástil, y se izó la bandera argentina, a las 7.15, en el cuartel de los Royal Marines”. El izamiento de la celeste y blanca estuvo a cargo del comandante de la agrupación de comando anfibios, capitán Sánchez Sabarots y el suboficial encargado de la agrupación de comandos anfibios Guillermo Rodríguez. “Fue enorme la alegría de ver flamear nuestro pabellón en Malvinas”, resaltó.
Seguidamente, los argentinos escucharon tiroteos que provenían desde la casa del pretendido Gobenador de las Islas, a 6 km., donde estaba el capitán Giacchino. “El equipo de combate se encolumna y rápidamente sale para reforzar a la columna del capitán Giacchino, pero antes de llegar a la casa del Gobernador, apareció alguien de civil, que era un argentino de aviación civil, que no había sido capturado la noche del 1° y nos indicó que detrás de la casa del Gobernador, a 400 metros, había unos veinte ingleses, por lo que nos adelantamos y estos no ofrecieron resistencia. Nosotros avanzamos con mucha precaución y aplicamos una técnica que se realiza para esos casos y como teníamos la consigna de no producir bajas en el enemigo, para achicar las distancias y como la misión imponía no causar bajas nos levantamos los doce hombres en forma simultánea con las armas listas para disparar apuntando y cuando empezamos a marchar vemos que con una bandera blanca en una antena de radio se rinden, sin combate”, relató Cequeira.
Puntaulizó que las tropas argentinas abrían fuego, pero “no teníamos que causar bajas” y desde allí se lanzaron hacia la Casa del pretendido Gobernador, donde escucharon el combate y “fuimos a reforzar al capitán Giacchino y vemos que en ese momento llegan los comando anfibios argentinos que iban por la costa y ahí se rindieorn los británicos, con ‘alto el fuego, alto el fuego’”.

Giacchino

Recordó que cuando ingresaron al predio de la casa del Gobernador “veo que el capitán Giacchino estaba herido y lo estaban por cargar en un vehículo de Malvinas y lo llevaron al hospital. Mientras que al cabo Urbina lo llevaron en un helicóptero al rompehielos”.
Cequeira mencionó que “cuando se volvió a la calma y se llevaron patrullas, se reunió a todos los prisioneros y la responsabilidad pasaba al batallón de infantería de Marina N° 2, que habían desembarcado a las 6, en la zona del Aeropuerto y cuando se dirigían a Puerto Argentino, estos fueron recibidos con ametralladoras y fuego”.
Posteriormente, Cequeira junto con otros anfibios fueron hasta el Hospital para ver qué había pasado con la operación de Giacchino, “el coronel Seneildín entró y salió a darnos el pésame, a todos. Fue muy duro porque Giacchino fue un jefe muy apreciado por toda la gente, los suboficiales y los oficiales”.
Por otra parte, también relató que allí “inmediatamente nos enteramos que había un grupo de ingleses que estaban a seis cuadras arriba y fuimos y lo redujimos y automáticamente se entregaron, no se resistieron”.
Ese 2 de abril empezó a llegar aviones con gente del Ejército y nuestro grupo nos mandaron en avión al aeropuerto de Río Gallegos.

EDFM: ¿Qué pensaba durante la travesía hacia el desembarco?
CC: Había una incertidumbre, temor, todos teníamos miedo y a eso se debe la supervivencia del hombre, el que dice que no tenía miedo, o miente o está loco. El temor existe, es real.
Uno piensa en su familia que dejó y escribí una carta a mi esposa, teníamos un hijo y ella estaba embarazada del segundo. Luego, la carta le entregué a un suboficial de la tripulación, a quien le dije que ‘si tenés la certeza de que yo no aparezco más le entregas esto a mi familia’, él conocía a mi cuñado. En caso contrario si regresaba me devolvía la carta.
A partir de ese momento, fue un quiebre en mi cabeza y me enfoqué en la misión. Tenía miedo y había que vencer y estábamos haciendo algo que veníamos ensayando durante años. Era un desembarco más y lo hice en peores condiciones en la costa patagónica y en este caso había enemigos reales y nos podía costar la vida.

Desembarco simbólico

Por otra parte, Cequeira siempre quiso realizar un desembarco histórico en Malvinas, representando por sus hijos, este año el comandante del Área Naval Austral, contralmirante Carlos Enrique Aguilera, en forma conjunta con los ex combatientes y ECO deportes harán una representación simbólica de lo que fue en 1982.
En el desembarco histórico que se representará en Ushuaia estarán Carlos Cequeira, quien será el primero en llegar como aquel 1° de abril de 1982 a las Islas Malvinas. Luego también se sumarán los que pertenecieron a los comandos anfibios, Néstor Saleme, el suboficial Akins y Omar López. También se sumarán de Ushuaia Ramón López; Osvaldo Ossán, Raúl Humberto Bernadello (desembarcó en Georgias); Favero y el hijo de un ex combatiente de Formosa, González. Los kayakistas de ECO Deportes que acompañarán en la represetanción simbólica, previo a la vigilia y cambio del pabellón.