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a Escuela Especial N° 1 Kayú Chénèn cumplió 30 años y lo celebró ayer con una emotiva fiesta, en la que se repasaron estas tres décadas de vida institucional desde los testimonios y las imágenes.
En ese marco, se planteó como necesidad la accesibilidad en términos urbanísticos pero también a bienes culturales, deportes y el mundo del trabajo, para ir eliminando “las barreras que existen en todos los órdenes”.
Docentes y padres fundadores, maestros jubilados y en funciones, ex alumnos, chicos y grandes que concurren hoy al establecimiento, profesionales y no docentes, mostraron su sentido de pertenencia y refrendaron su compromiso con la institución.
La directora Rosana Pais resaltó que “son treinta años caminando juntos” y recordó al grupo de padres que “solicitaban para sus hijos con discapacidad una educación que les ofreciera una propuesta pedagógica acorde a sus necesidades, y les permitiera el máximo desarrollo de sus posibilidades”.
Además, mencionó que “heredamos una institución que nos fortalece y nos enorgullece, y que nos obliga a realizar nuestro trabajo diario al 100% de las posibilidades”, en el marco de un “compromiso y responsabilidad de docentes, no docentes y equipo interdisciplinario”, y de “afectividad a los educandos”.
También valoró “a los padres por acompañar la propuesta pedagógica adecuada a las necesidades educativas de sus hijos”, y a los alumnos porque “nos enseñan a observar y valorar sus logros por pequeños que parezcan, pero que son importantes para ir andamiando sus aprendizajes” y además “demuestran que se puede construir un mundo mejor con empeño y dedicación”.
Pais enfatizó que “hoy la Kayú es una institución educativa que brega por desarrollar plenamente el potencial humano, el sentido de la dignidad y la autoestima, por desarrollar al máximo la personalidad, los talentos y la creatividad de las personas con discapacidad, participando de manera efectiva en la sociedad libre”.
Pero advirtió que para ello “es fundamental la accesibilidad no solo urbanística” si no también “el acceso a bienes culturales, deportivos, laborales”.
“Debemos ir relevando las barreras que existen en todos los órdenes con el fin de ir eliminándolas, para que la sociedad nos permita a todos desarrollarnos y tener una participación plena y efectiva en igualdad de condiciones”, sentenció la docente.
Luego agradeció el acompañamiento permanente hacia la escuela de parte de la sociedad civil y de las instituciones políticas.
En tanto, la maestra fundadora Mariel Sdrigotti expresó que estas tres décadas “encierran un proceso de aprendizaje que se fue construyendo en un caminar compartido” en el que “hubo obstáculos, preocupaciones e incertidumbre”, pese a lo cual “la escuela siempre estuvo de pie forjando sus propios desafíos y dando lo mejor a sus alumnos y a la comunidad”.
En ese sentido, resaltó que “acá se deja todo por los los chicos y eso se ve reflejado en ellos, en la gente y en la comunidad, que siempre está presente”.
Por su parte, Miguel Salto, supervisor de Educación Especial del Ministerio de Educación y ex docente de la escuela, destacó como uno de los logros de la Kayú que “se empiece a hablar de que a los chicos los educamos y que no vienen acá para que los tengamos entretenidos”.
“Muchas veces se critica a la educación especial como que solo entretiene a los chicos”, lamentó, pero contrapuso que “ya tenemos alumnos que están terminando sus trayectos educativos y su escolaridad en el nivel secundario”.
Durante el acto hubo entregas de presentes a la institución de parte de la Municipalidad de Ushuaia, del Ministerio de Educación, del Club de Leones, de las docentes jubiladas (autodenominadas “egresadas del sistema educativo”) y del Museo Marítimo, entre otros.
Asistieron, entre otros funcionarios, el intendente Federico Sciurano; el secretario de Gobierno Oscar Rubinos; la legisladora Amanda del Corro; los concejales Viviana Guglielmi, Walter Vuoto, Walter Gambadoro y Silvio Bocchicchio; la secretaria de Educación de la Provincia Griselda González; el secretario general del Sindicato Unificado de los Trabajadores de la Educación Fueguina, Raúl Arce; y representantes de distintas organizaciones civiles.
