Juicio por el crimen de Almada

Persisten las dudas sobre la prueba de ADN que compromete al acusado

13/08/2014
L
a declaración que prestó ayer un perito bioquímico no logró despejar las dudas sobre la principal prueba que involucra a César Javier Gangas con el homicidio de la trabajadora sexual María Mabel Almada, ocurrido en agosto de 2004.
El titular del Laboratorio de Genética del Colegio de Farmacéuticos de la República Argentina, Gustavo Penacino, respondió preguntas sobre el examen de ADN que halló coincidencias superiores al 99,99% entre el imputado y vestigios encontrados dentro de la malla de un reloj que apareció cerca del lugar donde hallaron el cadáver de Almada.
La jueza de instrucción María Cristina Barrionuevo, la Cámara de Apelaciones y ahora el fiscal Daniel Curtale, consideraron a esa pericia como un elemento de peso para sostener que Gangas, quien conocía a la víctima por haber contratado sus servicios, estuvo vinculado con el asesinato.
Sin embargo, la defensa del acusado, ejercida por el abogado Raúl Paderne, ha realizado severos cuestionamientos tanto al modo en que se conservó el reloj antes de ser sometido a la extracción de ADN, como a la forma en que se llevó a cabo la pericia y a la interpretación que las autoridades judiciales han hecho de las conclusiones del estudio.
Paderne leyó ayer, en la tercera jornada del juicio, un informe policial donde consta que el reloj fue manipulado sin guantes por un relojero y al menos tres policías antes de que se hallaran los vestigios incriminantes. También hizo referencia (aunque no lo profundizó durante el interrogatorio) a las presuntas irregularidades que habrían tenido lugar cuando se manipuló el objeto dentro del laboratorio del Colegio de Farmacéuticos.
Penacino insistió en que escapa a su órbita la manera en que se resguardan los elementos antes de una pericia, si bien coincidió en que deben resguardarse con la mayor cantidad de cuidados posible. No obstante, ante una pregunta concreta, dijo que no necesariamente un objeto debe someterse a pruebas de ADN antes de realizarse otro tipo de pericias. Y ratificó que las condiciones de seguridad con que se llevan a cabo las pruebas en el laboratorio a su cargo “están garantizadas” por normas y controles estandarizados.
Contrario a lo que se esperaba, el interrogatorio no se focalizó en la posibilidad de que el ADN de Gangas haya llegado hasta el reloj durante su propia declaración indagatoria, por medio de unas gotas de saliva cuando le exhibieron el objeto. Esa teoría fue deslizada por el propio Tribunal Oral cuando, con una conformación anterior, excluyó la pericia como prueba y anuló el procesamiento, en un fallo que luego fue revertido por el Superior Tribunal.
Las posturas de la Fiscalía y de la Defensa están claras. El Fiscal busca probar que la pericia es concluyente: haya o no haya sido manipulado sin guantes, el ADN del imputado está en el reloj hallado cerca del cadáver y hay otros indicios (como muestras fotográficas) donde se ve a Gangas usando ese mismo reloj antes del crimen. Por su parte la defensa pretende sembrar dudas: ¿y si alguno de los que manipuló el reloj le “plantó” el ADN de Gangas? ¿y si el ADN llegó al reloj durante la indagatoria al acusado? También cuestiona el accionar de Penacino, al que además de las supuestas irregularidades en la manipulación del objeto en el laboratorio, acusa de no haber informado al tribunal de que en el reloj había muestras de ADN de otras personas distintas a su cliente. Incluso el defensor argumenta que puede haber existido ADN de su cliente en el reloj, y que el reloj perteneciera a otra persona distinta, por ejemplo a quien posea el ADN también encontrado en el mismo objeto.

Más testigos

La ronda de testimonios realizada ayer incluyó también a un sujeto que había tenido trato con la víctima a través de su nuera, también trabajadora sexual, y a un puestero al que el cuidador de una chacra de Gangas, en la zona de la Ruta J, le habría dicho que vio al joven con otras personas desarmando un auto y deshaciéndose de varios elementos en actitud sospechosa, unos días después del crimen.
Pero el cuidador de apellido Alvarado Ruiz falleció y cuando ayer leyeron su declaración testimonial ante la instrucción, no coincide con los dichos que le contó al puestero.
A su vez, en una declaración escuchada a última hora del martes, Walter Wusinowski prestó uno de los testimonios más endebles del juicio al no poder sostener lo que había dicho en la instrucción, acerca de que Gangas le habría confesado el crimen.
Los integrantes del Tribunal Oral subrogante tenían previsto tomar una jornada libre hoy, para continuar con los demás testigos el viernes, mientras que recién la semana próxima se llevarían a cabo los alegatos de las partes.

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