Se trata de una obra colectiva diseñada por el artista “Cany” Soto

El Colegio Sábato alberga el mural realizado durante la “Semana de la Memoria”

21/08/2014
E
ntre los pasados días 24 y 28 de marzo, un grupo de organizaciones, profesionales, medios de prensa, periodistas, entidades educativas, víctimas del terrorismo de Estado, nietos recuperados y exiliados políticos, convocados por la Federación Popular del Transporte (Fe.Po.Tra), realizaron en Ushuaia una serie de charlas, exposiciones y debates sobre la situación de presión internacional que vive la Argentina, el rol que jugaron tanto los grandes monopolios económicos, como la banca nacional y extranjera, en el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976; “y como de manera cíclica han ido erosionando durante estos 38 años, a la sociedad y al Estado, y atacando o domesticado a sus gobiernos”, remarcaron desde Fe.Po.Tra.
Las actividades cerrarían con la inauguración de un mural que refleja en imagen todos esos elementos puestos en análisis durante la “Semana de la Memoria”, cuyo boceto realizó el reconocido artista plástico fueguino, Fernando “Cany” Soto.
Sin embargo, desde la organización mencionaron que “la negativa que puso el rector–normalizador Roberto Domec impidió que la obra fuera colocada en la sede de avenida Yrigoyen de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, después de haber sido pintada dentro del salón biblioteca del propio edificio”.
Ofrecido a las autoridades del Colegio Provincial Ernesto Sábato, el mural fue llevado e instalado momentáneamente en uno de sus pasillos, hasta que las obras de ampliación del establecimiento educativo culminen y permitan su anclaje definitivo en el exterior frontal que da a la avenida Facundo Quiroga.
“Los Derechos Humanos son uno de los aspectos fundantes que tiene este colegio. Nuestros alumnos se forman en el conocimiento de lo que pasó durante la última dictadura”, expresó su directora Claudia Astorga, quien encabezó el acto presencial al que convocó la Fe.Po.Tra.
La Fe.Po.Tra. Remarcó que esto fue “potenciado por la recuperación del nieto de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo Estela de Carlotto, Ignacio Guido Carlotto Montoya, y por el ataque de los fondos Buitres consecuencia del fallo del Juez estadounidense Thomas Griesa”.
“El mural está en un lugar donde existe coherencia y respeto por la historia reciente de la Argentina, por los 30 mil desaparecidos y por la lucha impecable de las Madres y las Abuelas”, destacó en el lugar el periodista y referente de los Derechos Humanos en la provincia, Daniel Guzmán, quien observó que la obra “se hace cada día más vigente, ya que en él están reproducidos todos los componentes contra los que siguen luchando, las Madres, las Abuelas y en especial nuestra Presidenta y el equipo económico con decisión soberana, contra los fondos buitres y sus amigos locales”.

El mural

Se trata de una obra de realización colectiva que pone en escena el Golpe de Estado de 1976, y está realizada en un panel de fibrofácil de 1,83 x 2,60 mts con la técnica del acrílico.
Participaron de la ejecución y realizaron aportes conceptuales Rodrigo Crespo, Alejandro Abt, Jorge Iasich, Hernán Vitale, Jesús Gómez, Victoria Surur, alumnos del taller de mural de Cultura Provincial de las 640 Viviendas, y militantes por los derechos humanos, muchos de ellos miembros de Fe.Po.Tra.
En una disposición vertical y siguiendo un orden lógico de lectura, se aprecian en primer lugar un grupo de manifestantes desplegando consignas anticolonialistas. Luego aparece en forma destacada un ave rapaz de gran tamaño, simbolizando al águila imperial, al plan cóndor y a los fondos buitres; es decir, el poder omnímodo del Imperio. A partir de allí las figuras se ordenan jerárquicamente en orden de importancia decreciente: primero el poder financiero, representado en un ser obeso contando billetes y fumando un puro, debajo de él, y con lentes negros también, las fuerzas armadas, el poder sindical y miembros de la sociedad civil, además de la figura de un clérigo en actitud de rezar, pero con los ojos abiertos observa la escena principal que es la de la tortura a una mujer embarazada, el elemento central de la obra. Siendo esta, la única imagen desnuda y pintada con colores reales (lo demás es monocromático). Esta figura tiene los ojos vendados y está maniatada, representando a la verdadera Patria de aquellos tiempos, en contraposición a la Patria que estos sujetos intentaban imponernos, con la complicidad de la prensa, mezclando banderas y colores patrios entre fanfarrias militares y arengas futboleras. No falta el dato local: “Falta una baldosa, falta Vildoza”.

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