Opinión

¿Gesta, qué gesta?

25/11/2014
P
or Carlos Zampatti

El pasado viernes, a la plazoleta ubicada en Maipú y Yaganes (que merecería ser tenida en cuenta en el libro Guinness de los récords como la única rotonda en el mundo con ¡tres semáforos!) se le asignó el nombre de “Damas Centinelas Argentinas”, como homenaje a las 250 mujeres que permanecieron en Ushuaia pese a los tambores de guerra con Chile que resonaban en el horizonte de aquél diciembre de 1978.
Más allá del merecimiento a las que desdeñaron subir a los Hércules cuando muchos se trompeaban por una plaza que los conduciría hacia la seguridad de Buenos Aires (que por aquél entonces no se autocalificaba de autónoma), dos cosas me llamaron la atención. Una, que no se hace mención a las mujeres chilenas, e hijas de chilenas, que a pesar del destino de confinamiento en el subsuelo de las Doscientas Viviendas que les esperaba, también se quedaron, en la certeza de que estaban forjando una nueva identidad en el exilio.
Pero sobre todo me llamó la atención el cartel que se implantó en el lugar, cuya foto figura en la edición del lunes 25 de noviembre del El Diario del Fin del Mundo (página 12): debajo del nombre de la plaza, con el mismo tipo de letra y similar relevancia, dice “Gesta 1978”.
Y uno que es medio lelo y un poco lento para asimilar el impacto que ciertas leyendas conmemorativas provocan en el sentimiento de una sociedad en transición como la nuestra, se atreve a preguntar ¿de qué gesta estamos hablando?
¿De la gesta por la cual estuvimos a sólo un par de horas de entrar en guerra con un pueblo hermano desde los tiempos de San Martín?
¿De la gesta de pretender cagarnos en el laudo arbitral de 1977, como nos cagamos siempre en todos los laudos arbitrales que nosotros mismos requerimos?
¿De la gesta con la que la dictadura militar de Videla & Co. buscaba inflamar nuestros pechos de un patriotismo berreta para encubrir los miles de desaparecidos (y que reincidió en 1982 luego del “fracaso” de la guerra con Chile)?
¿De la gesta que nos hubiera llevado a un conflicto sin retorno, en donde cada uno de los caídos hubiera sido un hito sin vuelta para un futuro irreconciliable con un pueblo con el cual tenemos más cosas en común que de las otras, más allá de lo que pretendieran hacernos creer las oligarquías fascistas, y sus brazos armados, que nos gobernaron a ambos lados de la cordillera?
¿Gesta? ¿De qué gesta estamos hablando?
Por favor.
Que alguien me lo explique.

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