Avalanchas: un riesgo presente en nuestras montañas
Informe especial

Avalanchas: un riesgo presente en nuestras montañas

01/10/2015
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a exposición al riesgo de avalanchas es un tema muchas veces minimizado y es un verdadero peligro latente al que se enfrentan deportistas y montañistas que recorren laderas nevadas realizando distintas actividades como esquí, snowboard y andinismo. Existen estudios, cursos, clínicas y actualizaciones constantes que hacen cada vez más preciso el conocimiento del fenómeno, fundamentalmente con el fin preventivo y la normalización de criterios, y la transmisión de valores que permitan hacer un correcto análisis de la exposición.
Al respecto EDFM dialogó con un referente en la materia: Sebastián Beltrame, guía de montaña de la Asociación Argentina de Guías de Montaña (AAGM), esquiador experimentado e integrante de la Comisión de Auxilio desde Club Andino Ushuaia.
-EDFM: ¿Qué es una avalancha y por qué se produce?
-SB: Básicamente es un movimiento de nieve que se desencadena por causa de varios factores como lo es la inclinación y la cantidad de nieve acumulada, entre otros; produce un movimiento en masa pendiente abajo respondiendo a la gravedad que luego del colapso busca un estado de equilibrio depositándose. El fenómeno se considera como un accidente cuando se ve como resultado afectado un ser humano directa o indirectamente.  Las avalanchas pueden ser activadas por el sujeto, o bien, pueden producirse por una descarga natural; estadísticamente se sabe que un 80% de los casos las desencadenan los humanos.
-EDFM: ¿Qué tipos de avalanchas existen?
-SB: Existen varios tipos, siendo los mas comunes las conocidas como “avalanchas de placa”; estas son estructuras níveas generalmente duras que pueden ser activadas por el paso de un esquiador, por ejemplo, y produce un colapso y ruptura, desencadenando un movimiento de placa pendiente abajo. Para que ocurra necesita de una inclinación específica que ronda los 30º, que corresponden a pendientes que en general son las elegidas para desarrollar actividades como el esquí, por ejemplo. Además otro componente importante es, en algunos casos, la nieve recién caída. Existen otros tipos de avalanchas, pero el caso de las de placa, son las que estadísticamente involucran más accidentes.
-EDFM: En nuestras montañas ¿existe ese riesgo?, ¿cuáles son las zonas y épocas más propensas?
-SB: Por tratarse de una zona montañosa y tener importantes nevadas se conjugan dos cosas: la pendiente y la acumulación; sumado a esto la presencia de personas transitando, por ello se reúnen las causas necesarias para generar la activación de este fenómeno. En todos los lugares donde hay montañas y nieve existe este riesgo, por lo tanto Tierra del Fuego es uno, si bien son avalanchas de tipos específicos, ocurren. Hasta hace no muy poco tiempo la gente decía que en nuestra provincia no había avalanchas, ahora, por suerte, hay mucha gente que las está estudiando y se actualiza constantemente con el fin de prevenir y concientizar que es algo que puede suceder.
Respecto a en qué épocas ocurren, no es muy específico, en mayor grado ocurren en invierno pero no quiere decir que no ocurran en verano, o en cualquier otra estación. Si hay nueve y pendiente, pueden ocurrir; más en nuestras montañas donde tenemos muchos episodios níveos.
-EDFM: ¿Qué mecanismos de prevención existen?
-SB: Lo que recomendamos como guías de montaña y gente que estudia el tema es que cuando transiten por terrenos vírgenes o lejos de medios de elevación por ejemplo, deben informarse; para esto hay varios cursos y clínicas que se dictan desde el nivel cero con el objetivo de promover la toma de conciencia y comentar qué puede pasar y qué hay que hacer o no hacer, cómo moverse en un ámbito de montaña deportivamente con seguridad. Uno es brindado por Gonzalo Valdez a través de la Asociación Americana de Avalanchas y del Centro de Información de Avalanchas Fueguinas, Por otro lado las clínicas que son dadas por Daniel Catania a través de Ecoaulas y las que dicta en Cerro Castor y, por otra parte, la AAGM también está presente dando cursos y charlas. Además, es indispensable contar con el kit de avalancha búsqueda y rescate, y el conocimiento para usarlo, que consta de ARVA pala y sonda. 
Existe también un sitio web donde se pueden informar del estado níveo que es en facebook bajo el nombre de Información de Avalanchas en Tierra del Fuego.
-EDFM: ¿Existe algún protocolo e instituciones vinculadas en caso de accidente?
-SB: Hace varios años que se formó la Comisión de Auxilio del Club Andino Ushuaia, después junto a varias instituciones como Gendarmería, Defensa Civill municipal y provincial, Bomberos, entre otras, conformaron la Comisión de Auxilio.
En casi todos los casos de accidentes en montaña (donde el 90 % se dan en verano), la Comisión de Auxilio actuó con rapidez y eficacia. En el caso de la avalancha del monte Cinco Hermanos fue el primer accidente que involucró a un sujeto que hubo que evacuar; si bien quedó parcialmente enterrado y no hubo que ubicarlo con el ARVA, se trató de una placa que colapsó por el paso de un esquiador, dejando como resultado importantes lesiones en el accidentado. En este caso se actuó muy rápido, con gente preparada y con buena comunicación.
Hoy por hoy se encuentra con gente preparada pero fundamentalmente contamos con una herramienta indispensable que es el helicóptero de la empresa Heli Ushuaia. Para su utilización se requiere el costo del servicio y esto es bastante lógico. Por otro lado el Estado, debería contar con el mecanismo para disponer de un helicóptero o garantizar el servicio a través de esta empresa privada.

Accidente y evacuación en helicóptero

Recientemente en nuestras montañas tuvo lugar un accidente de gran magnitud cuando, semanas atrás, un experimentado esquiador con vastos conocimientos sobre los riesgos y la exposición frente a éste fenómeno no estuvo exento, y fue arrastrado por un alud. El hecho tuvo lugar en la vertiente Este del monte Cinco Hermanos, mientras realizaba la práctica del esquí de travesía junto a otro esquiador. En momentos donde se disponía a hacer el descenso provocó la ruptura de una placa originando una avalancha de aproximadamente 80 metros de extensión por 25 centímetros de altura y 180 metros de deslizamiento. Sufrió una caída y fue arrastrado pendiente abajo sin poder auto evacuarse, con el riesgo extra de que un segundo esquiador, que había perdido conexión visual con la víctima, podría originar en su descenso un nuevo alud que volvería a afectarlo.
 Agotando todos los medios posibles, logró mantenerse a flote y al concluir el desprendimiento quedó con su cuerpo parcialmente expuesto en la superficie, condición que le permitió recuperar la calma y esperar la evacuación. Pudieron realizar un par de llamados telefónicos para alertar de la situación con la suerte de que esa zona es alcanzada por la señal de una antena del Cerro Castor. El resultado fue fractura de tibia y peroné que derivó en una posterior operación.
De esta manera queda en evidencia que nadie escapa a este peligro y que es un riesgo presente que nos involucra a todos; depende principalmente de la correcta lectura de las condiciones y de las decisiones que tomamos al respecto.
En la operación de rescate participó de manera voluntaria, además de un grupo de capacitados montañistas, la empresa Heli Ushuaia. Daniel Moreira es piloto de esa compañía y estuvo a cargo de los traslados; es piloto comercial de avión e instructor y piloto comercial de helicóptero, además es especialista en rescates, y desde los 12 años es bombero voluntario y actualmente se desempeña como jefe de esa actividad.
En diálogo con EDFM Moreira brindó detalles de la crónica de la evacuación, recordando que “el primer llamado lo realizan a los teléfonos de contacto son los de Osvaldo (Mella) y de Roberto (Valdez), a partir de ahí me contactan y me dan detalles del lugar aproximado del accidente y una breve descripción donde me manifiestan que un esquiador fue alcanzado por una avalancha, que se encuentra consciente pero con una quebradura en una de sus piernas”. Alertado por la situación, el piloto de Heli Ushuaia comentó que “rápidamente llamo a Eduardo Serra quien es médico emergentólogo, amigo nuestro, y especialista en actividades de montaña. Más allá del análisis visual que pudiera hacerse en el lugar, se necesitaba alguien con criterio médico para evaluarlo. En momentos en que coordinábamos la operación, Eduardo armó los elementos de primeros auxilios mientras yo llegaba para recogerlo”.
Además, detalló que “cuando llego, había también dos montañistas listos con sus equipos (arneses, cuerdas, esquíes de travesía, etc…). En ese momento coordinamos para que primero llevara a los montañistas y los dejara para realizar una primera aproximación y evaluación, y además para que, luego de unas indicaciones que les di, me marquen un lugar para aterrizar. Luego, volvería por el médico. Y así fue”.
En su relato magnificó las dificultades de las tareas al recordar que “había más de 90 km/h de viento y esto dificultaba las maniobras, por lo que había limitaciones extras además de las pendientes y la morfología de la zona. Al volver pudimos observar que los primeros voluntarios ya habían entrado en contacto con el accidentado. Hicieron un buen trabajo ya que fue en un tiempo muy rápido“. Comentó además que “teníamos radios aeronáuticas, a través de ellas nos contactamos y coordinamos en que yo debería aterrizar abajo donde los había dejado inicialmente ya que el terreno donde se produjo el incidente era con mucha pendiente. Entonces ellos se encargaron del traslado a través de una camilla que tenemos y que decidimos adquirir como herramienta para estos casos, que tiene varias posibilidades de uso y es de simple maniobrabilidad. La distancia desde donde ocurrió el alud hasta la zona plana donde aterricé era de unos 300 m, y fue por donde tuvieron que trasladar al herido hasta el helicóptero”.
Describió que “a mitad de camino el médico interceptó al grupo para hacer una primera revisación, donde verificó las lesiones, y evaluó si era necesario dejarlo en la camilla para el traslado o lo ingresábamos fuera de la camilla para traerlo más rápido; se decidió llevarlo sentado luego de que el médico le aplicara un calmante”.
Por otro lado, destacó que “la movida se armó bastante rápido porque los esquiadores son de un grupo de montañistas locales conocidos entre sí, y rápidamente se dio difusión y se alistaron varios voluntarios que, en algunos casos, ya estaban accediendo desde otros valles con equipo necesario por si la situación se complicaba y habría que evacuarlo por otra línea, o bien, tendría que pasar la noche en la montaña”. Por otro lado destacó que “Charly Lawrence (quien es otro piloto de la empresa) se encontraba con dos pisteros de Cerro Castor y una médica, que aguardaban en Tierra Mayor por si la situación se complicaba y necesitábamos apoyo”.
Para concluir añadió que “por suerte salió todo bien terminó siendo una especie de rescate entre amigos. Fue muy dinámico ya que el aviso lo habremos recibido aproximadamente a las 14.30 y cerca de las 16 la víctima ya estaba en Ushuaia”.

Utilización del helicóptero como herramienta

Destacaron que “entre las distintas áreas, Defensa Civil (DC) provincial o municipal, Gendarmería, etc… en cada caso se basan en análisis y análisis de la situación y muchas veces representa una pérdida de tiempo importantísimo; no hay un plan de acción concreto para situaciones extremas  de difícil acceso”. En la Comisión de Auxilio participan, entre otras instituciones, el Club Andino Ushuaia, Gendarmería, DC provincial y municipal, el BIM 4 y los 3 cuarteles de Bomberos; vincular los planes de acción mediante un protocolo en común respecto al uso del helicóptero es algo considerado “vital” desde Heli Ushuaia.
Por su parte, Osvaldo Mella, uno de los propietarios de la empresa, resaltó que “tenemos que trabajar para que haya gente capacitada y que entienda de qué se trata realizar un rescate con helicóptero. Necesitamos un tiempo de preparación para acudir a la zona del accidente y el equipo adecuado. Surgen complicaciones como ser: en la montaña nunca sabes cómo se comporta el viento ya que es un sistema muy dinámico y en función de la morfología; no es fácil posarse en cualquier lado, se sabe que con más de 10º de inclinación el helicóptero vuelca, por ejemplo”.
Luego comentó que “en el momento de aterrizar hay que tener en cuenta si el viento es de cola o de frente; y en todo momento hay que tener una alternativa de escape por si la situación se complica. La persona que hace las indicaciones al momento de aterrizar tiene que tener un conocimiento de las maniobras, o del acondicionamiento y elección del sector, son muchos factores que hacen que no sea una tarea fácil”.
Respecto a establecer mecanismos Mella aclaró que “nosotros tratamos de transmitirlo a través de charlas, para concientizar de que el helicóptero es una herramienta. Sabemos que todo este tipo de eventos van a seguir y se van a incrementar por la situación creciente de los deportes de montaña”.
Tras ello destacó que “frente a una situación de accidente se llama a defensa civil, ellos van a evaluar y luego a convocar a los voluntarios de la Comisión de Auxilio, tarea que lleva un buen tiempo de preparación. A partir de ahí van 8 ó 10 personas a buscar a alguien, lo que implica poner en riesgo a mucha gente cuando con un pequeño equipo y con la utilización del helicóptero la operación se vuelve más efectiva”.
“La tarea de rescate, nosotros no la planteamos como un negocio, nosotros ya tenemos nuestra estructura y nuestros productos, esto es un servicio que se puede brindar pero falta organización”, continuó.
Por otra parte, Mella aclaró que “es necesario, además, limar asperezas y dejar de lado los celos profesionales. Esto se trata de brindar un servicio y la organización y el trabajo en conjunto con conocimiento, es el único camino posible”. En referencia a esto dijo que “ya se está trabajando en la necesidad de establecer un protocolo y brindar un instructivo. Desde nuestra parte estamos promoviendo la divulgación de los pasos a seguir cuando se necesite la utilización del helicóptero como herramienta; tenemos la idea de juntarnos, por ejemplo, cada 6 meses todos los vinculados a esta tarea, para unificar criterios y establecer qué conocimientos son necesarios y capacitar a quienes estén vinculados en este tipo de operaciones. Creemos en la necesidad de establecer esta mecánica porque no se trata sólo de actuar con buena voluntad, ya que actuar nos expone a ser responsables de un problema mayor si hay falta de conocimiento”.
“Antes, quienes hacían actividad de montaña eran unos pocos, hoy, las actividades crecen y evolucionan y se lleva a un nivel más masivo”, comentó Mella. Y añadió que “nosotros, como Heli Ushuaia, empezamos a ver que cuando las papas queman, nos llaman, a pesar de que no somos ni médicos, ni rescatistas, ni montañistas; nosotros volamos. Entonces, ponemos de nuestra parte, pero entendemos que la situación la tienen que manejar tipos que conocen del tema. La inoperancia de parte del estado es absoluta.
Por otro lado, Daniel Catania, presidente del Club Andino, manifestó su idea de promover el “pago de una cuota de seguro de rescate” para cubrir costos de operación y traslados de la Comisión de Auxilio y de Heli Ushuaia, por parte de todos los montañistas y esquiadores que se aventuren en terreno virgen.