S
i bien efectivos de la Policía Federal detuvieron el fin de semana último a Diego “El Diente” Pérez, como posible autor intelectual del crimen de Claudio Omar Prada ocurrido en junio de 2009, la causa mantiene aún prófugo a otro imputado.
Se trata de Gustavo Adrián Zapata, un sujeto que se desempeñaba como mozo de un bar ubicado en 9 de Julio y Deloqui de la ciudad de Ushuaia. Ese fue el sitio donde Prada cenó con amigos por última vez, ya que al retornar esa madrugada a su domicilio fue ejecutado por uno de los santafecinos que llegó a la provincia, según sostienen en la Justicia, por pedido de Pérez.
Zapata fue juzgado en 2010 junto a dos sujetos santafecinos y otro de apellido Avanzato. Pero el Tribunal de Juicio los terminó absolviendo de los cargos que se le imputaban. Luego de que se declarara la nulidad de dicho debate, el Tribunal de Juicio, bajo otra composición de magistrados, juzgó en 2013 a Gustavo y Maximiliano Farías; y Héctor Caraffa. Todos fueron condenados a prisión perpetua como coautores del asesinato de Prada.
Para ese debate Zapata también fue convocado, pero se profugó y nunca más hasta la fecha, fue encontrado por las autoridades. El mismo Tribunal ordenó su pedido de captura y de ahí que pesa sobre el mismo un pedido de detención nacional e internacional.
Zapata aportaba información
En su momento, la jueza María Cristina Barrionuevo determinó que Zapata, quien era mozo donde Prada estuvo cenando horas antes de se asesinado, le pasaba información a los tres santafecinos que llegaron a Tierra del Fuego.
La Magistrada pudo determinar en base a extractos telefónicos, que desde el teléfono de Zapata se enviaron mensajes de texto detallando los movimientos de Prada. Esos mensajes eran recibidos en un teléfono con característica de Santa Fe que fue tomado por las antenas telefónicas del barrio Pipo, casi en la misma manzana donde se encontraba el departamento donde fue ejecutado Prada.
El mozo envió un mensaje cuando Prada dejó el bar donde se encontraba comiendo, con el objeto de que los tres santafecinos estuvieran prestos a consumar el homicidio. Fue así que la hipótesis policial develó que uno de los sicarios ingresó a la vivienda de Prada por una puerta trasera. Luego cuando este subió a la planta alta, recibió un golpe en la cabeza y cayó en su cama donde recibió un disparo en la cabeza.
Con el propósito de despistar sus verdugos dejaron un arma al lado del cuerpo para que todos creyeran que se había suicidado. Pero hubo muchos cabos sueltos, tales como que Prada no tenía pólvora en sus manos y que, tras la autopsia, se determinó que el proyectil con el que fue muerto no era compatible con el del arma hallada al lado de su cuerpo.
Interpol lo busca
Cabe señalar que Zapata tiene pedido de captura desde hace más de dos años, ya que nunca fue al segundo juicio.
Las autoridades especulan que estaría en una provincia del norte del país, posiblemente limítrofe, pero esta información no fue confirmada oficialmente. Lo cierto es que Interpol está abocada a dar con su paradero, y aguardan que algún paso en falso termine con su detención.
