A bordo del buque Suboficial Castillo

Marino muerto: familiares reclaman el cuerpo

02/02/2016
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esde el 25 de enero pasado, el cuerpo del teniente de fragata Alejandro Martín Schneiter, 39 años, se encuentra en la Antártida sin que pueda ser entregado a sus familiares. Según dejaron trascender familiares a distintos medios de comunicación a nivel nacional, el hecho genera indignación entre cuadros de las fuerzas, porque afirman que los jefes de Schneiter actuaron con negligencia y que esa muerte “pudo ser evitada” y que no debió pasar tanto tiempo para el rescate. El hombre murió a bordo del buque Suboficial Castillo, estando en su segunda campaña antártica.
El teniente Schneiter era un civil que se enroló hace cuatro años en las fuerzas después de haber dado la vuelta al mundo y de haber trabajado para Médicos sin Fronteras. Nacido en Mendoza, donde vive toda su familia, se recibió de médico clínico en la Universidad Nacional de Cuyo.
“Necesito saber qué le pasó a mi hijo”, dijo, desesperado, su padre, Arturo Schneiter al diario Los Andes. Su tío, Fernando, conversó con Clarín también y dijo que este martes la familia se encontraba en Ushuaia esperando que llegara el cuerpo al continente, donde ahora se le practicará la autopsia. Según contó Arturo, el 25 de enero pasado llamaron de la Marina a su hija y le avisaron que Alejandro (su hermano) había muerto por un infarto no traumático dos horas antes, de ese día. Desde entonces recibieron unas condolencias del ministro de Defensa Julio Martínez, pero lo que quieren es conocer todo lo ocurrido y por qué, reciben mensajes de que fue una muerte que pudo evitarse.
Indignadas, fuentes cercanas al marino dijeron a Clarín que se trató de una muerte “absurda”. Que él no estaba apto para subir al buque la última vez que lo hizo porque mostraba signos de estar muy enfermo. “Tenía neumonía”, dijeron a este diario. Este diario no pudo confirmarlo. Era el único médico del barco y se habría dado a sí mismo el “apto físico”, pero el capitán del buque lo dejó subir cuando estando en Ushuaia ya daba signos de estar con una suerte de infección generalizada. “Hubo cinco días vitales en los que el flaco pudo ser salvado. Ahora lo tienen en un frigorífico guardado casi como con los víveres congelados”, señaló otras fuentes.
Según pudo saber Clarín, Schneiter nunca estuvo fluidamente integrado a las fuerzas, tal vez por sus costumbres de civil. Pero su muerte afectó a sus compañeros que, además, sienten que lo mismo le podría haber pasado a cualquiera de ellos. En las fuerzas están enojados porque dicen que deberían haber puesto un avión privado para el rescate que cuesta unos 80 mil dólares. En lugar de ello se le pidió ayuda a la base chilena, y el cuerpo de Schneiter está en la base Carlini. Deben esperar la llegada del Hércules.
En tanto se esperaba la versión de la Armada que, defendería su accionar y negaría negligencia por considerar, entre otras cuestiones, que fue una decisión de Schneiter la de embarcar.
Por otra parte trascendió que tras la avería sufrida por el Hércules que tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en Río Gallegos, la Armada envió otro avión desde el Palomar que habría  trasladado el cuerpo a Ushuaia. Entre las averiguaciones que realiza personal de la Armada, éstos intentan determinar si el Teniente de Fragata Schneiter habría concurrido al Hospital Regional Ushuaia antes de embarcar.
Por otra parte las fuentes consultadas indicaron que otro Cabo principal se encontraría con una afección similar a neumonía a bordo del ARA Suboficial Castillo.
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