Incluirá comidas típicas y artistas locales

Se viene “La Pulpería del Fin del Mundo”

09/02/2016
L
os días viernes, sábados y domingos de las próximas dos semanas del mes de febrero se montará "La Pulpería del Fin del Mundo", un habitáculo que contendrá stands con venta de comidas y artistas locales. Se realizará a partir de las 18 hs en la Plaza 25 de Mayo.
Gabriela Ponce, coordinadora del espectáculo, explicó que "se realizará los días 12, 13 y 14 y luego el 19, 20 y 21 de febrero, y el objetivo es rememorar aquellos tiempos, en la Plaza 25 de Mayo de nuestra ciudad, donde se encuentran emplazados los artesanos". Agregó que "allí se construirá una pulpería para que los vecinos puedan disfrutar de bebidas y comidas típicas; además de espectáculos en vivo con la participación de artistas locales. De esta manera se busca poner en valor las costumbres típicas y tradiciones más destacadas". Además dijo que "se realizarán paseos en el tradicional sulky al que podrán acercarse los más chicos".
La instalación de La Pulpería del Fin del Mundo se suma a una serie de iniciativas que pretenden, por un lado, fomentar la difusión de artistas locales, así como también ofrecerle al ciudadano distintas ofertas culturales para pasar el verano.

Repaso histórico

Las Pulperías nacieron en regiones de Hispanoamérica a mediado del siglo XVI y eran sitios donde se comercializaban productos regionales y de primera necesidad. Algunas con características rurales, otra más urbanas; y otras eran lo que conocemos como almacenes de ramos generales. A veces se organizaban pistas de baile o se brindaban espectáculos de teatro. También eran el centro social de las clases sociales humildes y medias de la población; allí se reunían los personajes típicos de cada región a conversar y enterarse de las novedades. Eran lugares donde se podía tomar bebidas alcohólicas y además se realizaban peleas de gallos, se jugaba a los dados, a los naipes, (etc.).
En definitiva, eran una viva expresión de la cultura local, como en el caso rioplatense, en donde solían contar con una o dos guitarras, para que los gauchos "guitarreasen" y cantasen; o se organizaran payadas y bailes entre los parroquianos.