Agresión a mujer en el Bº Mirador

Dudas de la Justicia sobre el caso de violencia de género

10/02/2016
L
a Justicia todavía tiene dudas acerca de que la agresión que sufrió una mujer en el barrio Mirador, el pasado fin de semana, encuadre bajo la figura de “violencia de género” y por eso se mantendría la calificación delictiva de “lesiones” en la causa penal que investiga lo sucedido, según señalaron ayer a este medio fuentes judiciales.
La versión original de los hechos indicaba que la ex pareja de la mujer, quien ya tenía una prohibición judicial de acercamiento, se presentó en la vivienda en horas de la madrugada junto a otros dos hombres y la agredió, golpeando también a un vecino que habría acudido en su ayuda y que terminó hospitalizado con una fractura de tibia y peroné.
Sin embargo, el fiscal Eduardo Urquiza analizaba ayer algunas “contradicciones” en las declaraciones de las propias víctimas, y manejaba la hipótesis de que los hombres acudieron a la casa con el objetivo de golpear directamente al vecino, al que interceptaron en la entrada.
De acuerdo a esta posibilidad, habría sido la mujer la que salió en defensa del vecino (y no al revés) y a raíz de ello también fue agredida por los sujetos, a quienes la Policía detuvo horas después y luego liberó el martes por orden de la jueza de instrucción María cristina Barrionuevo.
“La agresión a la mujer existió, igual que la vulneración a la restricción de acercamiento, pero hay otros requisitos para encuadrar el caso como violencia de género, como por ejemplo una pericia psicológica (al agresor) que aún no se llevó a  cabo. Y también falta dilucidar cómo se dieron efectivamente los hechos”, detalló la fuente judicial consultada por este medio.
La mujer declaró ayer en Tribunales, mientras que la Justicia se disponía a tomarle una declaración al vecino en la habitación del Hospital donde todavía permanece internado por la quebradura en la pierna.
Por el momento el Juzgado a cargo de Barrionuevo mantiene la calificación de “lesiones graves” respecto del delito sufrido por el hombre, y de “lesiones agravadas por el vínculo” respecto de la mujer. El fiscal analizaba pedir una recalificación a “homicidio en grado de tentativa”, pero siempre relacionada con el ataque al vecino, y no a la mujer.
Los tres imputados, identificados como Gualberto Calderón, Onny Villarroel Torrico y Gregorio Calderón, fueron liberados porque “no contaban con antecedentes penales anteriores y no había indicios de que pudieran fugarse, y su libertad no implicaba un riesgo procesal”, dijeron las fuentes.
En ese sentido, agregaron que las pruebas principales del caso “ya fueron recolectadas” y “los testimonios fueron tomados”, por lo que “jurídicamente no había argumentos para mantenerlos detenidos, al menos hasta que se resuelva su situación procesal”.
Tanto la jueza Barrionuevo como el fiscal Urquiza estuvieron de acuerdo con la excarcelación de los acusados, dijeron también los voceros judiciales.
Por su parte, la posibilidad de que se haya tratado de un “intento de homicidio” (un delito más grave que las lesiones) contra la mujer, quedó “debilitada” por las versiones contrapuestas de las víctimas y por la hipótesis de que los sujetos fueron a la vivienda con el propósito de pegarle al hombre, y no a la mujer, aunque desde la Justicia admitieron que ese criterio “podría cambiar” con el avance de la investigación.
En la Justicia admiten que existe el antecedente de una denuncia por violencia realizada por la mujer contra su ex pareja, que motivó el dictado de la prohibición de acercamiento, pero no advierten todavía, en este nuevo episodio, una continuidad de aquel comportamiento.
La postura judicial no coincide con la adoptada por funcionarios de la Secretaría de la Mujer, dependiente de la Municipalidad de Ushuaia, quienes de inmediato calificaron lo sucedido como un caso de violencia de género al que -según señalaron- ya se venía atendiendo con anterioridad a este incidente.
“No tenemos dudas de que a pesar de que la carátula diga “lesiones graves”, acá se trató de un intento de homicidio a partir de que la mujer dijo que no o lo pudo denunciar. No es casual que lo primero que hizo el agresor fue sacarle el teléfono celular a la víctima”, había declarado la secretaria de la Mujer, Laura Ávila.
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