Correo de lectores

Mucho más que barajar y dar de nuevo

14/03/2016
L
eí la nota de Gabriel Ramonet “Barajar y dar  de nuevo”, y aunque en términos generales tengo algunas coincidencias, me parece que el problema es bastante más profundo que lo que allí plantea el periodista.
En principio creo que parte de la sociedad tiene una opinión cada vez más peyorativa sobre los empleados públicos, que nos guste o no, nos caigan simpáticos o no, son las personas de las cuales se sirve el estado en todos sus niveles para brindar servicios a la comunidad. Si dichos servicios se brindan o no con la calidad y el respeto debido, depende de varios factores, de los cuales el empleado no es el único responsable. No olvidemos que ese empleado que debe ofrecer una buena atención, es el mismo ciudadano que va a necesitar de algún servicio en cualquier otro organismo en el cual puede que lo atiendan bien o mal.
Ese empleado es la misma persona que cada vez que cambia un gobierno tiene que soportar que lo vapuleen como un trapo o lo declaren ñoqui, obligándolo a cobrar sin que le den funciones, a que lo trasladen compulsivamente sin motivo alguno, o que luego de 20 años de carrera deba recibir órdenes de cualquier inservible lleno de ínfulas, venido de quien sabe donde, y muchas veces desde fuera de la Provincia.
Los empleados públicos no son el pueblo ni la gente y tampoco el conjunto de los trabajadores, dice la nota, y por supuesto, porque al pueblo lo constituye la totalidad de los ciudadanos, el pueblo no son ni los empleados de fábrica, ni los de la construcción, ni los desempleados, el pueblo somos “todos”, incluyendo a los empleados públicos. Y los empleados públicos que se jubilan (aquí me incluyo) también pasamos a “ser invisibles”, o “don nadie”, no tenemos un sindicato que nos banque ni un oído que nos escuche. No se alzaron las voces del pueblo saliendo a defender a los jubilados que “hace algunos años”, percibimos nuestros haberes cuando al Gobierno se le antoja remitir los fondos. No he visto manos alzadas en solidaridad con aquellos que cobran un haber jubilatorio mínimo y están enfermos o abandonados a la buena de Dios por la mal administrada obra social del IPAUSS. No, a los jubilados no los defienden ni los empleados públicos, que irónicamente, estarán en algún momento en la misma situación de desventaja. 
Que hay jubilados que cobran cifras exorbitantes?, que hay quienes se jubilaron sin tener aportes suficientes en esta caja?, que hay jubilados de 45 años? Claro que si, y por supuesto que está mal. De la misma forma que (los memoriosos recordarán) estuvo muy mal que cuando un empleado se jubilaba hace ya unos cuantos años, le dieran como obsequio 10 sueldos.    
Entonces preguntémonos quienes toman o han tomado esas medidas y quién alguna vez ha sido responsable por las consecuencias. ¿Cómo se vació el IPAUSS?, ¿qué pasó con los millones que había en sus arcas? ¿quiénes son responsables? Para mi son todos los actores que han tenido injerencia en esas decisiones, a saber:  Gobernadores e Intendentes, autoridades políticas del instituto, los miembros de los Directorios, los funcionarios de carrera del IPAUSS, y su área jurídica que han tomado funestas decisiones, los gremios por apoyar lo que no debían, los jueces de la provincia que no toman decisiones sin sopesar los intereses en juego, en vez de hacerlo poniéndose la venda en los ojos.   
Los empleados públicos son simplemente una parte de la sociedad.    Es verdad que algunas voces se escuchan más que otras, pero eso es precisamente el libre juego de la democracia. En este libre juego democrático es el pueblo soberano quien con su voto, determina que seamos gobernados por algunos representantes en el ámbito municipal o provincial que no tienen la idoneidad necesaria ni la formación más elemental para ocupar los cargos que ocupan, y que son responsables de poner en vigencia Leyes u Ordenanzas que son una evidente declaración de incompetencia y oportunismo, que pone en el tapete su falta de capacidad, pero sobre todo carencia de honestidad. El asunto es que alguien los vota, y si no tienen los votos suficientes, se aseguran que alguien que si los obtuvo, les de un cargo. También los Gobernadores e Intendentes, que sistemáticamente han dejado de lado la carrera administrativa en el estado, logrando con ello que desaparezca la natural y necesaria pirámide que impulse al empleado a capacitarse para crecer, sin depender del amiguismo o la militancia.
Yo no estoy de acuerdo con los cortes de calle, ni con la quema de cubiertas, ni con la violencia, pero ello, no es patrimonio solo de los empleados públicos, lo es de los gremios o sindicatos de distintos rubros también, y basta recorrer un poco la historia de Tierra del Fuego para recordar hechos desagradables de esa naturaleza. Si estos métodos constituyen expresiones violentas, la sanción de una Ley que no demuestra imparcialidad de juicio, ¿qué es?.   
Hay una frase que siempre tengo presente, que viene del año 500 en la ciudad de Florencia, Italia: Regna cadunt luxu surgum virtutibus urbe: “Los reinos caen por el lujo y los pueblos se alzan por sus virtudes”.  Una ciudad, una provincia, una Nación salen adelante precisamente por las virtudes de cada pueblo así como cae en la degradación por la ausencia de ellas.
Quizás sea el momento de reflexionar y pensar fuertemente en la educación y la sensatez a la hora de elegir a nuestros representantes, para no tener que salir a despotricar luego cuando estos sancionan las normas que regirán nuestras vidas. Yo creo que una reforma al sistema jubilatorio es absolutamente necesaria, pero no es justo bajo ningún punto de vista, que sean los empleados públicos y mucho menos los jubilados los que sufran el peso de los descuentos, por las pésimas decisiones que han tomado los distintos funcionarios a lo largo de la historia. ¿Fondo solidario? ¿solidaridad con quien?, ¿con quienes tomaron malas decisiones? ¿con quienes no cumplieron con las normas en vigencia?, no señores legisladores y gobernantes, la ley que aprobaron simplemente no es buena y muchos menos ecuánime.
¿Será que alguna vez habrá justicia y quienes se desempeñen mal en sus funciones, sean responsables con su propio patrimonio o con la privación de su libertad por los males que ocasionaron? Para ello hacen falta jueces y fiscales probos y honestos que hagan honor a su profesión, haciendo tronar el escarmiento a los que se crean por encima de la Ley.

Daniel Antonio Spinato
DNI. 10.972.135
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