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a es historia una edición que no pasará desapercibida en la trayectoria de la competencia de enduro más austral y antigua de Latinoamérica.
Es que la XXXIII versión de la Vuelta a la Tierra del Fuego corrió riesgo serio de ser suspendida por primera vez, pero el trabajo del Moto Club Río Grande para destrabar el conflicto con los gremios y la pasión puesta de manifiesto por los competidores de Ushuaia, que abrieron un camino alternativo para salir a la Ruta 3 por campos privados, fueron claves para conseguir que un día después de lo previsto la carrera se pusiera en marcha.
Con la clásica caravana de autos y en un trazado de alrededor de 3 kilómetros diseñado en la zona de Punta María se inició la competencia el viernes con el clasificatorio, teniendo la presencia del flamante campeón argentino de Enduro y hermano de la revelación dakariana argentina, Luciano Benavides, como destacado.
Sin embargo el que marcó el camino fue “Gastoncito” Martinez, demostrando el nivel de pilotos que tenemos en nuestra tierra, aventajando por milésimas al crédito salteño que empezaba a buscar la mejor ubicación para tratar de cortar el maleficio de ganar la Vuelta en su primera presentación, logro que ningún baluarte internacional ha conseguido hasta el momento ni que iba a poder cumplir al término de las dos etapas. Gastón Leonardelli, otro de los candidatos, entraba tercero.
En los cuatriciclos, por su parte, era Tomás Fernández Aguillón el que rompía los cronómetros con una decena de segundos de ventaja sobre su más inmediato perseguidor y defensor de la corona, Martín Bronzovich, mientras que cerraba el podio Tomás Zentner Lavori, que llegaba de triunfar en la cita inicial del Campeonato Provincial de Enduro 2016.
Para contextualizar un poco cabe destacar que el cronograma sufrió modificaciones después de la postergación, englobando los dos tramos previstos por día en una sola tirada entre el Destacamento José Menéndez y Aserradero Bronzovich, agregando un condimento extra a la mega cita del motociclismo fueguino.
Así las cosas, el sábado cuando las agujas del reloj marcaron las 10:30 se bajó la bandera argentina que decretó el inicio de la aventura por suelo fueguino para las más de 130 máquinas que quedaron habilitadas para hacerlo.
Desde el vamos impuso el ritmo Leonardelli, aprovechando un retraso de 5 minutos de Benavides por una pequeña caída en Arroyo Barrientos, para encabezar la fila india hasta la llegada escoltado por el campeón argentino que realizó un esfuerzo tremendo empujando fuerte y avanzando notablemente a pesar del desconocimiento del trazado.
Entre las cuatro ruedas inició adelante Tomás Fernández Aguillón -sobre el cierre se retrasó-, pero hasta Puente Justicia el que lideraba por tiempo neto era Tomás Zentner Lavori. No obstante los inconvenientes eléctricos volvieron a calar hondo en el Suzuki 450, haciéndole perder alrededor de 20 minutos hasta la zona de arribo, circunstancia aprovechada por los hermanos Bronzovich, que firmaron un 1-2 contundente en la etapa con Federico -viniendo desde atrás- delante de Martín por apenas 24 segundos.
Ya en el segundo día pocas cosas se modificaron, salvo el ingreso de los competidores al sector conocido como “El Ramón”, sumándole kilómetros a la etapa respecto al día anterior.
En las motos fue notable lo de Leonardelli, quién fue superado por Benavides justamente en “El Ramón”, pero después impuso un ritmo demoledor para no perderle pisada al monarca argentino hasta la bandera a cuadros, tal es así que llegaron juntos al Destacamento José Menéndez.
De esta manera concretó un anhelo soñado como ganar la Vuelta por primera vez, después de ir peleando palmo a palmo hace un año, hasta que una caída lo dejó con las manos vacías. Eso es lo lindo, que siempre hay revancha.
Los cuatriciclos por su parte sufrieron algunos cambios posicionales, pero manteniendo los apellidos. Es que Federico Bronzovich también perdió tiempo en “El Ramón” y después le fue imposible recuperar desde allí a la llegada, sobre todo teniendo en cuenta que Daniel Cárdenas apretó al máximo para descontar los más de 9 minutos que lo separaban de la cima, mientras que Martín Bronzovich sufrió una pequeña merma en el rendimiento sobre el final debido al desgaste físico. Sin embargo nada pudo extirparle la victoria a “Tincho”, que con el Yamaha empieza a hacer costumbre esto de subirse a lo más alto del podio. Segunda consecutiva y alegría infinita.
Al final se hizo, se levantó el corte y Tierra del Fuego pudo disfrutar del espectáculo. Y sí, 33 siempre son mejores...