Descargo por informe del Gobierno sobre su desempeño

“Por cinco casos de funcionarios nos tildaron a todos de ñoquis”, refutaron los talleristas de Cultura

Los talleristas cuyas horas fueron cesadas por la actual administración, contestaron el contenido de un informe que se utilizó como fundamento de la medida. Dijeron que de 170 casos, solo en 5 se podía presumir una irregularidad, y justificaron que se hayan usado domicilios particulares para el dictado de los talleres, entre otros puntos. Siguen pidiendo su reincorporación.
20/04/2016
B

ajo el título “La realidad es la única verdad”, un grupo de ex talleristas de la Secretaría de Cultura refutó a través de un documento, el contenido de un informe utilizado por el Gobierno provincial para justificar los despidos en ése área, y expuso cuál es la situación por la que están atravesando en la actualidad.
“Hace más de una década que los responsables de talleres culturales se encuentran en situación de inestabilidad y precariedad  laboral. Y desde el año 2013 se generó un proyecto de ley para regularizar esta situación. En todo este período de tiempo, nunca se logró encontrar una buena recepción por parte del Poder Ejecutivo y Legislativo para solucionar el tema”, recordaron los talleristas.
También relataron que en diciembre de 2015, “estando todos los trabajadores en licencia anual reglamentaria, se produjo el cese de las horas de los responsables de talleres de manera intempestiva, afectando las distintas áreas de los talleres culturales, destinados a niños, jóvenes y adultos”.
Respecto del informe en que se basó el Gobierno para tomar esa decisión, indicaron que allí se expone que de un total de 170 talleristas “5 eran funcionarios, 10 eran planta permanente del Estado (que si dentro de sus funciones estaba coordinar un taller, no se entiende cual sería el limitante) y 1 vivía en Buenos Aires (aunque su trabajo justamente consistía, según dice el mismo informe, en asistir con talleres a los derivados a esa ciudad)”.
“¿Este informe intenta justificar la baja de todos los talleristas? ¿Y los otros 154?, se preguntan los trabajadores.
En esa línea, explicaron que “una de las irregularidades observada en el informe hace referencia a que el espacio en que se desarrollaba un taller, era un domicilio particular. Pero las actividades en ese ámbito también se notificaban y eran aprobadas desde la Secretaría de Cultura. Además subrayamos que se llevaron a cabo en este mismo lugar, en el mes de febrero, las reuniones con el actual ministro de Gobierno Gastón Díaz y su comitiva, quienes mostraron su asombro y aprobación del espacio, comprometiéndose a mediar para resolver rápidamente esta grave situación del personal de los talleres. Este informe desconoce que los talleristas tuvieron que deambular por muchos lugares hasta finalmente poner plata de sus bolsillos para construir ese espacio que benefició a Cultura Provincial; ahí no hubo aprovechamiento, al contrario”, aseveraron.
“Para saber si el taller funcionaba, no había más que ir al lugar, o preguntar en la institución que se dictaba. También se podía chequear viendo los cierres de fin de año y los informes autoevaluativos presentados por los coordinadores de cada taller. Si todo eso no fue hecho correctamente por la gestión anterior, era bienvenida esa presencia ahora, con un nuevo equipo de gestión más organizado, más transparente, que iba a poner fin a esos funcionarios que tenían horas que no les correspondían”, mencionaron los talleristas.
También recalcaron que los talleres “no se hacen por caridad ni con fines academicistas”, y “no se pueden evaluar con notas o con cantidad de alumnos”, ya que “hacen a la diversidad cultural, a la igualdad, a que todos puedan participar, a que la cultura no se mercantilice, a que se logre un semillero de artistas, a que los chicos dejen la calle para ir al taller (…)  Todo eso se omite, haciéndole creer a la sociedad que este recurso no se perdió porque ahora van a llamar a nuevos talleristas y van a "refundar" la cultura. Como dijo el secretario de Cultura Hugo Santos: "Borrón y cuenta nueva" cuando sentenció, a modo de un emperador romano, que estaba dispuesto a pagar el costo político por echarnos”.
Los talleristas se quejaron de que “por cinco funcionarios y una mala gestión anterior” (…) nos tildaron a todos de ñoquis”. Y solicitaron “de manera urgente, ser reincorporados a nuestros puestos de trabajo y la restitución de todos nuestros derechos vulnerados por las medidas tomadas por la gestión de la gobernadora Rosana Bertone”.

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