Leonardelli, junto a los mejores del mundo
Piloto fueguino superó el Red Bull Minas Riders - Motociclismo

Leonardelli, junto a los mejores del mundo

El flamante ganador de la XXXIII Vuelta a la Tierra del Fuego, Gastón Leonardelli, viajó con mucho esfuerzo a Belo Horizonte y consiguió superar la exigencia en la cita inaugural del Red Bull Hard Enduro 2016, el campeonato más extremo que tiene la disciplina en nuestro planeta. Una experiencia soñada para el crédito fueguino oriundo de Río Grande.
21/04/2016
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ara comenzar a explicar de qué se trata esta histórica e inolvidable presencia fueguina podemos nombrar a Cyril Despres, pentacampeón del mítico Rally Dakar en motos y tres veces coronado como ganador del “Red Bull Romaniacs”, nombre que llevaba este certamen antes de mutar al actual “Red Bull Hard Enduro”, que incluye la primera cita en Brasil y las restantes en Europa.
Después de haber ganado la XXXIII edición de la Vuelta a la Tierra del Fuego, la primera fecha del Enduro provincial y la Cuesta del Gallo en Chile en un inicio de 2016 superlativo, el motociclismo fueguino recibió una noticia que no es moneda corriente ya que para contar las presencias en contiendas de trascendencia mundial nos alcanza con los dedos de las manos.
Gastón Leonardelli, ese chico que vaticinaba un futuro prometedor y que supo dejarlo bien en claro, fue invitado por KTM Argentina para formar parte del Red Bull Minas Riders, cita inaugural del Red Bull Hard Enduro 2016, que reúne a los pilotos más extremos y voraces de esta modalidad del motociclismo.
Gracias al apoyo de los sponsors y amigos de siempre, “Gastoncito” consiguió los medios para llegar a Belo Horizonte, epicentro del evento, y dejó en claro su tenacidad para superar obstáculos a los cuáles nunca antes se había enfrentado.
Como dato relevante cabe destacar que esta contienda mundialista significó el debut del certamen en suelo sudamericano, marcando un paso hacia lo desconocido con un formato de cuatro días, prólogo incluido, donde la exigencia física y mental no resisten precedente alguno.
Segmentados en tres categorías (Gold, Silver y Bronze), los mejores riders del mundo se dieron cita en tierra brazuca y el fueguino estaba mezclado entre ellos, salvando las distancias de años de experiencia en la espalda y logística.
En lo que respecta a la competencia en si, dentro del segmento Bronce, todo comenzó con el prólogo donde Leonardelli logró terminar el mismo en la 7º colocación.
Luego finalizó quinto el primer día, sexto el segundo y ayer con varios problemas en la moto pudo sobreponerse a poco de finalizar el tiempo límite para cerrar la faena con una 6º ubicación en la categoría que, a fin de cuentas, es lo que menos importa.
Siendo el único argentino presente en el evento y dando una muestra de tenacidad inobjetable, pudimos dialogar con el representante provincial que manifestó: “Estoy explotado, no doy más. A medida que iban pasando los días sumaba dolores y caídas que ni se cuantas fueron. Las piedras, el calor, el ripio, los obstáculos y terrenos que no conocía formaron un combo inédito que te desgasta no sólo físicamente sino también en el plano mental”.
“Tenés que aprender a ayudarte entre los pilotos porque sino no podés. Hay que saber convivir porque es imposible terminar algo de esto solo”, enfatizó.
Antes de plantear una comparación con su debut mundialista hace algunos años: “La verdad que un Six Days es otra cosa, esto es diferente. Si no estás bien de cabeza no lo terminas. Realmente la gente con sus saludos y apoyo constante por las redes sociales, como así también los que pudieron venir acá y los que están allá, dan una fuerza que te obliga a entregar hasta la última gota de energía para completar el desafío. No soy de muchas palabras pero me he llegado a emocionar y me dio la fuerza necesaria para seguir luchando”.
Finalmente y ya con la bandera a cuadros sobre su KTM, Leonardelli contó la proeza magnífica que nunca podrá borrar de su retina: “Estoy realmente muy contento de haber podido terminar esto. Tuve muchos percances hoy -por ayer-, tanto con la moto y a nivel conductivo. El terreno era sumamente empinado, era imposible bajar andando. Me cansé mucho, iba solo extremadamente cansado, no podía subir... Me quedé en el medio del monte, me saqué el casco, traté de tomar aire y subí sin poder respirar en la cima. Seguí tranquilo, todo el tiempo sentado y pensando en que esa trepada me había dicho algo, sacado una fuerza que no tenía para poder llegar. Me desbarranqué, pero luché hasta que me empieza a fallar la moto y era temperatura. La paré, esperé que se enfríe y alcancé el checkpoint, pero se calentaba de la nada. Llegué a un rio y quedaban muchas trepadas porque ya conocía esa zona. Destapé el radiador y le empecé a echar agua con el camelback hasta que me fijo porqué no cargaba y desagotaba porque faltaba faltaba un tornillo. No sabía que hacer, entré en desesperación y hasta lagrimié, pero vi que el tornillo de la bomba de agua estaba enganchado entre el chapón y el cuadro. Llené el radiador con agua y hasta purgué la moto de la alegría que tenía. Subí todo lo que quedaba, no lo podía creer y llegué al arco terminando una competencia tan dura. No tenía estado, todo a pulmón, descanso y sacando fuerza de donde no tenía. Nunca viví algo similar, en el plano físico y psicológico. Tengo todo el cuerpo golpeado, a pura garra lo logré. Es lo más duro que me ha tocado hacer”.
Leonardelli, un guerrero con todas las letras...

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