ás allá de estar en un viaje de “trabajo” en Buenos Aires, nuestro querido compañero Darío Ayala –y colegas-, no se privaron de nada y disfrutaron de un sufrido y trabajoso partido, que se definió por penales clasificando al “xeneize” a las semifinales de la Copa Libertadores de América. Desde Ushuaia se escuchó el ladrido del “perro” en el palco de la mítica bombonera gritando los penales convertidos por “boquita”. Cantalo, cantalo, cantalo….