ras la polémica que la aplicación de la nueva tarifaria municipal trajo aparejada, hay situaciones que en nada contribuyen a mantener la equidad entre quienes ejercen la actividad comercial, identificados y en regla con sus obligaciones, de quienes no sólo no parecen estarlo sino que además hacen uso y abuso a su real antojo de cuanto espacio público se les cruza.
Como según dicen, una imagen vale más que mil palabras, basta esta para ilustrar una situación que se repite en varios espacios públicos de nuestra ciudad, que a pesar de estar a la vista de todos, parece resultar invisible para la vista de algunos, aún en medio de controles vehiculares. De allí que surja nuestra duda
¡y la tasa?
