yer, uno de los nuestros tomó esta fotografía mientras David Pavlov atendía a su sobrino, que vino a Ushuaia a visitarlo.
Parece mentira verlo al otrora duro conductor del histórico "Café de la Esquina", que funcionaba en 25 de Mayo y San Martín hace ya algunos años, desvivirse por tan dulce criatura y tomar una personalidad que se tenía muy escondida: la de simpático, dulce y sonriente.
¿Porqué no nos habrá atendido con la misma simpatía en aquel bar, a quienes asistíamos a diario a tomar el tradicional café del mediodía?