n lo que podríamos definir como una contribución más al “desarrollo paisajístico” de nuestra turística ciudad, sumamos las “esculturas de residuos”. Claro que nuestra intención de “poner en valor” tan invaluable aporte choque de narices con lo regulado por la ordenanza municipal N°4812/14, que en su artículo 4°, entre otros aspectos establece que: “A los efectos de la disposición final de los residuos domiciliarios para su recolección por parte del servicio municipal, los mismos deberán estar contenidos en bolsas de polietileno debidamente atadas o anudadas para evitar la diseminación de residuos; que estas bolsas sean depositadas en cestos, canastos o contenedores especiales para su recolección en los días y horarios establecidos por el Departamento Ejecutivo Municipal. Y de ahí nuestra duda, ¿para qué tanta regulación si después la basura es apilada en calles y veredas a merced de nuestros mejores amigos para servirse y desparramarla a su gusto?
