s cierto que de todo hay en cualquier lugar. Pero algunas cosas raras nos pasan a los fueguinos. Que el testigo de un juicio aproveche un descuido para robarle la computadora al juez y el celular a la secretaria del fiscal, no es algo tan común. Y que el conductor de un auto, parado por un operativo de tránsito, se lleve la camioneta de los inspectores, tampoco es cosa de todos los días. Sin embargo pasaron, en un breve lapso de tiempo, en las dos principales ciudades de la provincia.