Opinión

De anunciar a concretar: los dos años que vienen

27/12/2017
L

a Gobernadora Rosana Bertone cruzó la meta de mitad de gestión hace muy pocos días atrás, dejando en claro que la creación e innovación de servicios e infraestructura pública son dos ejes centrales de su trabajo gubernamental.
Asumió en diciembre de 2015 rodeada de un mar creciente de inmensos problemas. El Estado ni era un pagador de salarios y jubilaciones por entonces. Estaba naturalizada la decadencia estatal: el agua se cortaba en invierno, la Reserva Bahía Encerrada operaba como un gran inodoro a cielo abierto y el gas envasado le ganaba terreno al gas natural en una de las principales provincias hidrocarburíferas.
Ushuaia y Tolhuin estaban pésimamente iluminadas, a la vez que estaban paralizadas las obras de los nuevos centros de salud y las comisarías en barrios periféricos de las 3 ciudades fueguinas.
Tolhuin, la ciudad más joven, no tenía sistema cloacal. El mítico Colegio José Martí era otra de las caras iguales de la misma moneda. Del gas natural se hablaba, pero solo como queja por la ausencia de factibilidad para nuevas conexiones de casas y edificios recién construidos.
Otra temática era la falta de gimnasios cubiertos en una provincia en donde es prácticamente imposible realizar deportes convencionales al aire libre. Los mismos síntomas de desatención sufría la salud pública.
En tan solo dos años el escenario se revirtió. El Gobierno pasó de ser un actor incierto a un claro productor de bienes y servicios. Incluso, está poniendo a rodar una sociedad estatal para producción de medicamentos.
Hay un indicador objetivo e incuestionable en este sentido: no existe en toda Tierra del Fuego una empresa constructora sin trabajo, y esto es fruto del volumen histórico de obra pública que se está contratando a través de procesos licitatorios públicos. Incluso, algunas empresas constructoras ya han colmado su capacidad de obra. Hay otro dato más: la notable cantidad de nuevos usuarios de gas natural, agua-cloacas y energía segura.
Si los dos primeros años fueron largos meses de revertir los problemas estructurales que tenía Tierra del Fuego (empleados y jubilados no tenían fecha de cobro, por ejemplo), los dos años siguientes se perfilan como un intenso ciclo de transformación social.
El Gobierno entiende que hay necesidad de producir un cambio importante en Tierra del Fuego, y que deben diversificarse las alternativas para consolidar nuevas oportunidades de desarrollo local. Para esto el Estado es un actor clave. Facilita y acompaña el trabajo de otros, controla y lleva adelante políticas activas propias con ese horizonte.
Para esto, la Provincia debe alejarse de la fantasía de vivir una pretensión imposible y reconfigurarse hacia los desafíos que se vienen por delante.
Entre otras cosas, hay que poner los mayores esfuerzos en pensar nuevas formas de llevar adelante la gestión de lo público a la vez de acompañar inteligentemente la iniciativa privada.
El Gobierno definió un rumbo. Fue desde la base, invirtiendo en infraestructura de servicios públicos y en las principales funciones estatales, como son salud y educación. Diversificó las inversiones, y dos de sus principales metas son el tendido de la fibra óptica y un nuevo polo de desarrollo con la llamada ¨ruta del Atlántico ¨.
Sin embargo, hay variables que no se manejan dentro de Tierra del Fuego, y este contexto cuenta para cada una de las provincias dentro de un país en vías de ser federal en algún momento.
No hay que dejar de lado que gobernar es un arte en donde se gestiona con lo posible y no siempre con lo deseable. Se toman decisiones con lo que se tiene a la mano, y siempre dentro de un entramado de tensiones muy complejo de descifrar.
Básicamente, porque la política no es una dinámica binaria, en donde se simplifica todo entre partes blancas y negras, como piezas dentro de un tablero de ajedrez.
En este muy complejo sistema, más de 50 nuevas obras están en marcha en Tierra del Fuego, a pesar de todo lo que ha sucedido en 24 meses. Al menos se han realizado más de 500 nuevas conexiones de gas y agua, a la vez que se han inaugurado dos gimnasios por ciudad, comisarias en lugares sin atención de seguridad y flamantes centros sanitarios que eran parte del olvido. Cientos de alumnos han vuelto al histórico edificio del Colegio José Martí. Centenares de viviendas se han entregado en dos años, cada una de ellas con los servicios de agua, gas y energía, desde la concepción que una vivienda digna es aquella que se transforma en una solución para los vecinos, y no en un problema complejo por resolver. Los barrios altos de Ushuaia han comenzado a tener servicios de manera oficial para dejar de lado las conexiones clandestinas.
Todo esto en tan solo dos años, y en un contexto de país que se ha modificado radicalmente.
Ya está claro que vienen tiempos en donde el Gobierno se prepara para invertir y desarrollar más que durante los primeros veinticuatro meses de gestión. De los anuncios de los primeros momentos se ha pasado a la etapa en donde las obras se encuentran en marcha. Hay un cambio de verbos: de anunciar a concretar.
La vocación de transformación es un rasgo de la gobernadora Bertone. Y para esto ha definido las prioridades para su segundo ciclo de gestión al frente del gobierno de Tierra del Fuego hasta fines de 2019. Hay una clara diferencia entre invertir en lugar de gastar. Lo mismo que innovar en lugar de esperar a que el tiempo pase.
Hay un último dato más. Tiene que ver con hacia dónde van las inversiones. En todos los casos, hacia los sectores que más necesitan del Estado como un actor que promueva equidad social. Y esto es una clara concepción de cómo debe administrarse la esencia pública.

(*)Presidente de la DPOSS

Autor : Guillermo Worman(*)
Etiquetas
Cuál es tu opinión sobre la nota?
  • Me interesó
    75%
    3 votos
  • No me interesó
    25%
    1 voto