l Tribunal de Juicio en lo Criminal de Ushuaia estableció que el próximo 4 de octubre dé inicio al juicio por el homicidio de Alberto Altamiranda de 59 años, el vendedor de huevos que fue asesinado a puñaladas en una precaria casilla del barrio La Oca el 7 de enero del corriente año.
El enjuiciado será Diego Miguel Ferreyra Colautti, de 23 años, el cual está imputado de la muerte de Altamiranda a quien le habría asestado 19 puñaladas durante una riña dentro de una precaria casilla situada en inmediaciones del playón ubicado en la calle Raúl Muriel y Facundo Quiroga, en el barrio La Oca.
Los jueces Alejandro Pagano Zavalía, Maximiliano García Arpón y Rodolfo Bembihy Videla, serán los encargados de llevar adelante el debate cuyo inicio está previsto, de no mediar ningún recurso de último momento, para el 4 de octubre.
Ferreyra Colautti fue procesado por la jueza María Cristina Barrionuevo, quien en principio, lo halló responsable penal del crimen. La Magistrada basó su resolución en un fuerte marco probatorio que compromete al joven detenido por el homicidio.
Entre los elementos valorados por la magistrada figuran al menos cuatro personas que testificaron distintas circunstancias relacionadas al caso.
Uno de ellas vio salir al sospechoso de la casilla poco después del hecho, otro escuchó gritos y la rotura de un elemento de vidrio dentro de la vivienda, y dos más, conocidos del detenido, declararon en la Justicia que el acusado les confesó el crimen, aunque agregaron que según su versión, Altamiranda lo habría atacado en primer término.
Además, personal de la División de Delitos Complejos de la Policía de la Provincia relevó las cámaras de seguridad en la zona y encontró imágenes de Ferreyra Colautti, a pocas cuadras del lugar, en el momento en que está sentado en el cordón de la vereda, y después de unos minutos extrae algo del interior de una mochila, camina unos metros y lo esconde dentro de un monolito, en uno de los mástiles que se encuentra en la Plaza de Malvinas del Barrio La Cantera.
La Policía concurrió al lugar tras observar las filmaciones y efectivamente halló oculto un cuchillo con manchas de sangre, que fueron peritadas para acreditar si se corresponde con la de la víctima.
También se realizaron exámenes a manchas encontradas en las zapatillas del imputado, que podrían ser de sangre.
Barrionuevo consideró en el procesamiento que el sospechoso habría atacado a la víctima de manera sorpresiva y cuando se encontraba acostado, lo que habría generado que Altamiranda, quien se dedicaba a la venta de huevos, se viera sorprendido y superado por la fuerza y destreza del agresor, que además es mucho más joven y no se descarta que haya estado alcoholizado al momento de la riña.
De todos modos, en la escena del crimen apareció otro cuchillo y eso podría darle forma a la hipótesis de una pelea previa al fatal desenlace.
