Juicio oral en Rio Grande

Declaró la mujer que fue golpeada con un martillo la noche de Navidad

Irene del Valle Baltí brindó su testimonio de lo ocurrido la noche de Navidad del año pasado, cuando su expareja, Fernando Quipildor, le provocó lesiones en la cabeza y el rostro al golpearla con un martillo. El caso está calificado como violencia de género.
11/09/2018
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urante dos horas, Irene del Valle Balti, brindó un desgarrador testimonio ante el Tribunal de Juicio en lo Criminal, por el ataque sufrido la noche de Navidad, del año pasado, cuando su expareja, Fernando Quipildor, en completo estado de ebriedad la golpeó en la cabeza y en el rostro con un martillo, ocasionándole heridas que la dejaron al borde de la muerte.
La mujer contó que la noche del 24 de diciembre, fue hasta la chacra de Quipildor ante un pedido de éste, quien quería mantener relaciones sexuales, amenazándola con que si no acudía al lugar, iba a hacer público videos íntimos que tenía con ella, recordando a los Jueces que este hombre ya lo había hecho con algunas fotos que había subido a internet.
Sobre el ataque sufrido, indicó que fue a martillazos en la cabeza y que con una piedra la golpeó en el rostro, ocasionándole la pérdida de varias piezas dentarias. Dijo que Quipildor la dejó de golpear cuando le suplicó que no la matara.
El testimonio de la víctima fue ayer, en la primera audiencia del juicio oral que lleva adelante el Tribunal de Juicio en lo Criminal, en el proceso contra Fernando Quipildor, quien fue acusado primero por homicidio en grado de tentativa, pero después la calificación fue cambiada por los delitos lesiones leves y lesiones graves, ambas calificadas por haber sido cometidas contra una persona con la que se mantuvo una relación de pareja y por haber sido cometidas por un hombre contra una mujer mediando un contexto de violencia de género, y amenazas simples y amenazas coactivas agravadas.
El hecho llevado a juicio sucedió entre las 21.40 horas del 24 de diciembre de 2017 y las 1.15 horas del 25 de diciembre, en el interior de la vivienda del hombre, en la chacra Didi, de calle Kau 1195, ubicada en el barrio Los Productores de la urbanización de la Margen Sur de Río Grande, a donde la víctima se había acercado ante amenazas de publicar vídeos íntimos de ella.
Fernando Quipildor se negó ayer a prestar declaración indagatoria, tras lo cual se hizo lugar a la presencia de la víctima, Irene del Valle Baltí para brindar su testimonio.
Cuando sucedió el incidente, Quipildor intentó brindar cualquier tipo de explicación sobre las heridas que presentaba la mujer a la que había atacado, tratando de evadir así el accionar policial que, tras una serie de averiguaciones realizadas en el lugar, imputó al hombre como el responsable de las lesiones que obligaron a internar en el Hospital Regional a la víctima.
Es más, el imputado en el hecho trató de eliminar algunas pruebas, quemándolas, las que pudieron ser rescatadas por efectivos de Policía Científica, las que fueron aportadas para complicar más la situación procesal de este hombre que, antes de ocurrido este grave episodio, ya tenía antecedentes violentos.
Desde el mismo 25 de diciembre está detenido el acusado, alojado en la Unidad de Detención y nunca se le concedió el beneficio de la excarcelación, solicitada por la defensoría pública, debido a que existía riesgo procesal, ya que se temía que podía influir sobre la persona de la víctima o bien darse a la fuga.
El Tribunal de Juicio en lo Criminal está presidido por el Juez Daniel Ernesto Borrone, con las vocalías de los doctores Juan José Varela y Eduardo López.  El fiscal actuante es el doctor Pablo Candela y la querella está representada por las doctoras María Isabel Villarreal Gartiaga y Daiana Ortíz.
Quipildor cuenta con la asistencia del doctor Mariano Sardi, Defensor Público.
El juicio se reanudará este martes, a las 9.30, oportunidad en la que atestiguarán una enfermera, un policía de la Comisaría Cuarta, que intervino en el procedimiento realizado el noche de Navidad y el médico que constató las lesiones que presentaba la víctima, por los severos golpes recibidos.

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