uchos (y cada vez más) son los practicantes de esta actividad. Las redes sociales y los grupos de WhatsApp son testigos de los trofeos que van apareciendo.
Los que amamos la pesca, pedimos paciencia a nuestras familias, amigos y compañeros. Ocurre que empezó siendo un deporte, luego un arte y finalmente una terapia vital para nuestro equilibrio emocional. Si les gusta vernos bien, entonces, déjenos pescar para garantizar el buen humor que aportaremos a nuestro entorno.