ndré Bronner leyó “El Faro del Fin del Mundo”, de Julio Verne, cuando era un chico en Francia. Se podría decir que el libro atravesó su vida. A los 36 años viajó a buscar el faro en Isla de los Estados. A los 37 vivió dos meses solo en la isla, pensando en reconstruir el faro. A los 41 años volvió para cumplir ese sueño. Y ahora, a los 62, retornará una vez más para repararlo y encenderlo de nuevo. Una vida de aventuras y de sueños, inspirada por una obra de arte.