Apelarán la condena a la mujer que mató a su pareja
Juicio oral y público por un crimen en Ushuaia

Apelarán la condena a la mujer que mató a su pareja

Claudia Concha Ávila, de 44 años, fue condenada el viernes a prisión perpetua por el “homicidio agravado por el vínculo” de su pareja, Ezequiel Gustavo Ponce, de 37 años. La Justicia dio por demostrado que la mujer lo mató y fingió un suicidio. Pero la defensa sostiene que “existen dudas” y presentará un recurso de casación ante el Superior Tribunal de Justicia. ¿La Policía pudo haber evitado el crimen?
20/08/2019
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a defensa de Claudia Concha Ávila, de 44 años, la mujer víctima de trata de personas que fue hallada culpable de matar a su pareja y simular que se había suicidado durante un hecho ocurrido en diciembre del año pasado en el  interior de un apart hotel de Ushuaia, apelará la condena a prisión perpetua que le aplicó el pasado viernes el Tribunal de Juicio en lo Criminal de la ciudad.
Fuentes judiciales adelantaron que una vez conocidos los fundamentos del veredicto, que se revelarán esta semana, los abogados de Concha Ávila comenzarán la elaboración de un recurso de casación para presentar ante el Superior Tribunal de Justicia de la provincia, y de esta manera intentar revertir la condena.
El jefe de defensores públicos, Gustavo Ariznabarreta, quien participó de la defensa de la mujer durante el juicio concluido el viernes, había planteado en su alegato que existen dudas sobre la autoría del crimen por parte de su asistida, y entre otros fundamentos mencionó que la herida en la cabeza sufrida por la víctima podría haber ocurrido luego de fallecido, cuando la acusada –de acuerdo a su versión de los hechos- lo encontró ahorcado en el bañó e intentó sacarlo de allí.
La muerte de Ezequiel Gustavo Ponce, de 37 años, también abrió interrogantes sobre el rol que desempeñó la policía durante la noche del crimen, ya que efectivos de esa fuerza concurrieron dos veces al departamento donde estaba la pareja y en ninguno de los dos casos se llevaron detenido al hombre que tenía prohibición judicial de acercamiento a la mujer (ver recuadro aparte).

El juicio

El Tribunal de Juicio halló a la acusada “autora material y penalmente responsable” del delito de “homicidio agravado por el vínculo”, en perjuicio de su pareja, a quien según la acusación fiscal mató a golpes y luego ahorcó con un pañuelo.
El veredicto del juicio oral y público que había comenzado el pasado miércoles 14 fue leído el viernes en el salón de audiencias del edificio de tribunales de Ushuaia, en medio de gritos de aprobación, y luego de llantos de familiares de la víctima.
Concha Ávila, vestida de jean, una campera rosa y lentes, aceptó la condena sin reacciones de ningún tipo, y de inmediato fue trasladada por efectivos policiales al establecimiento penitenciario donde ya se encontraba detenida desde hacía ocho meses.
La mujer mantuvo hasta la instancia final del proceso, realizada el viernes a la mañana cuando se dirigió por última vez al tribunal, que se considera inocente y que su pareja se suicidó en el baño de la habitación del Apart Hotel Alem donde ambos se encontraban la madrugada del 2 de diciembre de 2018.
En su indagatoria, la acusada admitió que se dedicaba a la prostitución, y que vivía en el hotel a través de una subvención provincial luego de haber sido rescatada del local nocturno “Candilejas” durante un operativo de trata de personas realizado en 2013.
Contó que Ponce fue primero “su cliente” y que después inició una relación que siempre estuvo atravesada por la “violencia, el alcohol y las drogas”, al punto que el día del crimen regía una prohibición judicial de acercamiento del hombre a la mujer.
No obstante, pasaron la noche juntos, discutieron, intervino dos veces la policía, hasta que en una tercera oportunidad regresó al hospedaje ingresando “con una escalera por la ventana”, y allí se desencadenaron las circunstancias del episodio fatal.
Según Concha Ávila, el hombre llegó “arrepentido” y ambos se durmieron sobre la cama, mientras que cuando ella se despertó lo encontró en el baño colgado de un pañuelo, intentó reanimarlo y no pudo.
Para el fiscal Eduardo Urquiza, en la hipótesis avalada por los jueces, la mujer golpeó a la víctima con “rodillazos en los testículos” y “en la cabeza con piedras” para “aturdirlo y disminuir su capacidad de reacción”, en tanto que luego lo ahorcó y “montó una escena” en el baño para hacer parecer que se había suicidado.
Urquiza solicitó en su alegato la misma pena impuesta por el tribunal, mientras que los defensores públicos Yanina Fernández y Gustavo Ariznabarreta requirieron la absolución de su asistida “por el beneficio de la duda” e hicieron hincapié “en el contexto” y en la “historia de vida” de la imputada.
Los jueces Rodolfo Bembihy Videla, Alejandro Pagano Zavalía y Maximiliano García Arpón  “absolvieron” a la mujer de un “incendio intencional” ocurrido en 2014 durante una discusión con una pareja anterior, y por el que también fue juzgada.

“Estamos muy conformes”

Una vez conocido el veredicto, los padres, hermanos, tíos, primos y amigos de la víctima que se encontraban en el recinto comenzaron a abrazarse y a llorar desconsoladamente.
“Estamos muy conformes con la condena aplicada por los jueces. No hay más nada que decir. Ella fue la autora del crimen y esa es la pena que se merecía”, afirmó Roger Ferreyra, uno de los amigos de Ponce que presenció la lectura del fallo.
“Hoy la familia sigue muy triste, igual que sus amigos. Estamos muy dolidos pero necesitábamos esta reivindicación y este acto de justicia. Era lo que estábamos buscando”, agregó Ferreyra en dialogo con EDFM.
Los fundamentos de la sentencia serán difundidos esta semana, y allí la defensa de la mujer planteará el recurso de casación contra la condena, ante el Superior Tribunal de Justicia fueguino.

Dudas después del juicio oral

¿La Policía podría haber evitado el homicidio?

Efectivos de la Policía de la provincia acudieron en dos oportunidades a la habitación del Apart Hotel Alem la noche del 2 de diciembre de 2018, poco antes de que –según determinó la Justicia en juicio oral y público- Claudia Concha Ávila matara a su pareja Ezequiel Gustavo Ponce y simulara el suicidio de la víctima.
La pregunta sobre si los policías podrían haber evitado el desenlace fatal, quedó flotando en el recinto de tribunales donde el pasado viernes finalmente juzgaron y condenaron a la mujer.
Es que el día de los hechos, estaba vigente una prohibición judicial de acercamiento del hombre hacia la mujer, basada en un incidente anterior, en que Ponce había increpado “con un arma” a Concha Ávila –según su versión- “amenazándola para que volvieran a estar juntos”.
Pese a la orden judicial, la pareja estaba en el hospedaje donde residía la mujer, cuando se produjo una primera discusión entre ambos que terminó en escándalo. Los dos habían consumido drogas y alcohol, y ella llegó a “pincharlo” con un cuchillo y a echarlo del departamento.
La policía llegó al lugar, encontró al hombre afuera con una herida y perdiendo sangre, en estado de ebriedad, y sin embargo no lo detuvo ni siquiera como contraventor. Tampoco verificó que tenía una prohibición de acercamiento a la mujer, que además era víctima de trata de personas y debería haber gozado de una protección especial.
Al quedar libre, Ponce regresó después al apartamento utilizando una escalera y entrando por la ventana. La Policía volvió al lugar pero esta vez fue Concha Ávila quien optó por no delatar a su pareja que se escondió en el baño.
Poco después se produjo lo que la Justicia definió como un “homicidio agravado por el vínculo”, según se ventiló en el juicio oral.
La pregunta, sin embargo, continúa vigente. ¿Podría haberse evitado el hecho si la Policía hubiera intervenido de otra forma o hubiese detenido a la víctima, al menos como un contraventor?

 

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