l paseo a Laguna Esmeralda, uno de los más pintorescos y accesibles por su proximidad a la ciudad, está colapsado y sin ningún control. Los operativos policiales y de Gendarmería se ponen en cualquier lugar menos en el acceso del camino, sobre la Ruta 3, donde vehículos de todos los tamaños se cruzan para traer turistas o habitantes de la provincia. El sendero está destrozado por tanto paso de gente. No hay carteles con indicación de kilómetros faltantes, recomendaciones sobre tipo de ropa o calzado, u horarios máximos para iniciar el paseo. Todo funciona a la buena de Dios, o a la fueguina.