n el marco de la reunión de Labor Parlamentaria, la concejal Laura Ávila (Frente de Todos) hizo uso de la palabra para referirse al Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Ávila explicó que el proyecto de equidad entre hombres y en todo el proceso de elaboración, debate y sanción definitiva de proyectos, busca que “se tenga en cuenta la necesidad de incluir la mirada de la mujer para que la legislación local reconozca derechos y sea verdaderamente representativa”.
Asimismo indicó que la adhesión de la ciudad a la Ley Nacional N° 27.499 conocida como Ley Micaela, apunta a la capacitación de agentes brindándoles “herramientas para poder detectar, contener y asistir situaciones de violencia ejercidas contra la mujer”.
Al inicio de la reunión junto a sus pares, Ávila se expresó sobre la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora y sobre el tercer paro nacional de mujeres. “A lo largo de los años las conquistas han sido muchas, pero hay luchas que continúan para tener una sociedad más justa y equitativa”, dijo.
“El domingo en nuestra provincia y este lunes en el resto del país, las mujeres nos movilizamos para visibilizar la violencia machista que nos cuesta la vida de una mujer cada 29 horas –expuso-. Todos los días un varón asesina a una mujer por ser mujer, y nuestra provincia y ciudad no son ajenas a esta realidad” remarcó Ávila.
La concejal advirtió que “desde el primer ‘Ni Una Menos’ hasta hoy, no somos los mismos”, ya que “la sociedad está cambiando, hoy se reconocen situaciones de violencia que estaban naturalizadas, se han comenzado a entender las múltiples dimensiones de la violencia contra las mujeres”, sin embargo “el proceso es lento, por eso la importancia de diseñar políticas públicas que profundicen este camino”, sostuvo.
“Las mujeres seguimos luchando porque las tareas domésticas no remuneradas recaen sobre nosotras –señaló-,impactan en nuestras posibilidades de estudiar, trabajar, formarnos, nos generan una doble jornada laboral, en el hogar y afuera”.
“Porque somos la mayoría entre los pobres del mundo y la mayoría entre los trabajadores precarizados, porque todavía no hemos podido romper el techo de cristal y no tenemos las mismas oportunidades”, subrayó Ávila. “Porque somos cosificadas y hostigadas sexualmente en espacios públicos y privados. Porque queremos niñas, no madres. Por la soberanía de nuestros cuerpos y la interrupción legal del embarazo. Porque la violencia de género mata, y vivas y libres nos queremos”, cerró.
