n medio del bello paisaje de Laguna Turquesa, tres nombres emergen como símbolos de coraje y solidaridad: Facundo Ureta, Alfonso Lavado y Mateo Archilla. Estos jóvenes ushuaienses, con preparación, serenidad y un profundo conocimiento de la montaña, protagonizaron un rescate que salvó dos vidas.
Equipados con palas y dispositivos de búsqueda, actuaron con precisión milimétrica para liberar a Débora y Pablo de la nieve que los sepultó. Su rápida intervención, y la coordinación con Heli Ushuaia, fueron decisivas. Más que rescatistas, demostraron ser guardianes de la vida en un territorio donde la naturaleza no perdona errores.
Ushuaia los reconoce hoy no solo por su profesionalismo, sino por su humanidad. Son el orgullo de una comunidad que sabe que, en la inmensidad blanca, hay héroes dispuestos a arriesgarlo todo.