n la provincia con menos habitantes del país, la campaña electoral es como un buffet libre. Hay de todo y para todos. Entre quienes prometen “más futuro que pasado”, los que quieren “revolucionar” proponiendo ideas que en realidad copiaron de algún viejo archivo que encontraron googleando en internet, y el veterano que se postula por enésima vez, el menú electoral está servido. Así, la democracia se vive a lo grande, esperando ahora que entre los 27 partidos políticos habilitados para participar de las elecciones legislativas nacionales (20 subsumidos en Frentes electorales y 7 que habrá que esperar para ver si juntan equipo para jugar) pueden motivar lo suficiente, a través de propuestas y compromisos serios, a una ciudadanía que cada vez demuestra un mayor grado de escepticismo en el funcionamiento del sistema.