Son cinco minutitos…
Quema...

Son cinco minutitos…

26/11/2025
E

n la república independiente de las “balizas”, la ley es simple: si titila, habilita. Allí, cualquier conductor puede transformar un prohibido estacionar en un estacioná tranquilo, rey, simplemente con un toque mágico al botón triangular. Las balizas —esas superheroínas del tránsito— detienen el tiempo, anulan la mirada de la autoridad y otorgan el amparo sagrado de los “son cinco minutitos”, unidad temporal que puede extenderse al antojo.
Un parpadeo naranja que, como excusa divina, todo lo justifica. Porque en nuestra ciudad, más que ciudadanos, somos súbditos del imperio intermitente de cuanto conductor decida hacer uso y abuso del destello mágico.

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