a reciente modificación del marco legal sobre salmonicultura en Tierra del Fuego se resolvió por una votación ajustada en la Legislatura. En ese escenario, el acompañamiento del legislador Luciano Selzer —doctor en biología y docente universitario— y la falta de una fundamentación pública reabren un interrogante sobre el rol del conocimiento técnico en el debate político.
La Legislatura de Tierra del Fuego aprobó en los últimos días la modificación a la Ley Provincial N.º 1355, que establecía la prohibición de la salmonicultura en aguas jurisdiccionales de la provincia. El nuevo texto mantiene restricciones en áreas sensibles, pero introduce un esquema regulatorio que habilita la producción de salmónidos bajo determinadas condiciones. La definición fue ajustada: ocho votos a favor y siete en contra.
En ese contexto, el voto afirmativo del legislador Luciano Selzer adquirió especial relevancia. No solo por haber integrado la mayoría necesaria para aprobar la iniciativa, sino también por su trayectoria académica. Selzer es doctor en biología y se desempeña como docente universitario, una formación que lo ubica entre los legisladores con mayor cercanía técnica a los temas ambientales y productivos que atraviesan la discusión.
Sin embargo, durante el tratamiento del proyecto, Selzer no expuso en el recinto los fundamentos que orientaron su decisión. A diferencia de otros legisladores que argumentaron desde perspectivas económicas, productivas, emotivas, especulativas o ambientales, su voto no estuvo acompañado por una explicación pública que permitiera conocer los criterios científicos o técnicos considerados.
Del mismo modo, tras la sesión no se registraron declaraciones que ampliaran su posición. En un debate complejo, donde se cruzan expectativas de desarrollo económico, cuidado ambiental y regulación estatal, la ausencia de una voz técnica con respaldo académico resulta llamativa, aun cuando el sentido del voto se inscriba dentro de una definición política legítima.
No es un detalle menor que la salmonicultura es una actividad que, según el enfoque regulatorio adoptado, puede generar oportunidades productivas y empleo, pero que también requiere marcos normativos claros y controles adecuados para garantizar su sustentabilidad. Precisamente por esa complejidad, el aporte de miradas técnicas suele ser clave para enriquecer el debate público.
Así, la paradoja no se centra en la decisión tomada, sino en lo que no se dijo. En una provincia donde el ambiente y el desarrollo conviven en tensión permanente, el silencio de quienes cuentan con formación específica deja preguntas abiertas sobre cómo se integran el saber académico y la responsabilidad política.
Porque en los debates que definen el rumbo productivo de una provincia, a veces lo más significativo no es el voto, sino la explicación que nunca llega. Ahí la paradoja más cercana que vivimos en la dinámica política provincial.
(*) El Comité Editorial está conformado por un grupo de periodistas de EDFM. El desarrollo editorial está basado en su experiencia, investigación y debates sobre los temas abordados.