Por los altos costos y las restricciones impuestas por Argentina

Malvinas deja de ser provista desde Chile

02/07/2010
L
os controles que impuso el Gobierno a la navegación en el mar Argentino en torno de las islas Malvinas motivaron que una nave que hacía la provisión de combustibles y pertrechos para los habitantes de las islas deje de operar desde el puerto chileno de Punta Arenas. Desde ahora el viaje se hará entre Montevideo y Puerto Argentino. Así lo dio a conocer ayer el diario Ámbito Financiero, quien citando al diario chileno El Mercurio, reflejaba la decisión del armador del portacontenedores Anja, que todos los meses llevaba unas 400 toneladas valuadas en u$s 500 mil mensuales, y que dejó de hacerlo.
Las razones del cese de las operaciones son el final del contrato entre el buque Anja y la empresa SAAS, vigente desde mayo de 2009. Pero según El Mercurio, la suspensión para recalar en Chile se originaría en los altos costos que implica operar hacia el puerto chileno y por las restricciones impuestas por Argentina para transitar por su mar territorial.
Aunque Martyn Benson, gerente de SAAS en las Malvinas, confirmó que la suspensión de la escala en Punta Arenas se debe al término del contrato, y que el buque fue destinado para cubrir otro circuito comercial. El último viaje del barco, que operaba para la empresa South American Atlantic Service (SAAS), con puerto base en Uruguay, ocurrió el pasado 15 de mayo.

Práctico

En cada viaje el carguero Anja debía pagar u$s 15.718. Esta cifra incluye u$s 4.978 más IVA por concepto de pago por el uso de lancha en la boca oriental del Estrecho de Magallanes para embarcar y desembarcar al oficial práctico que guía la navegación por el paso bioceánico hasta Punta Arenas; u$s 2.089 por la asistencia de pilotaje de entrada y salida del Estrecho, que cobra la Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante (Directemar); u$s 636 por atracar y desatracar en el muelle de Punta Arenas; u$s 6.380 por el uso de 4 remolcadores para apoyar la faena de atraque y desatraque.
Además se considera la tarifa de u$s 1.635 por 24 horas de atraque en el puerto de Punta Arenas, cifra que contrasta con los u$s 770 que cuestan las 24 horas en Uruguay. Ahora el servicio se hará desde Montevideo con el barco Scout.
El 16 de febrero pasado se dictó el Decreto Presidencial 256, que regula el tránsito de buques por aguas territoriales argentinas por el Atlántico Sur. Esta medida fija que "todo barco que se proponga transitar entre puertos ubicados en el territorio continental argentino y las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, deberá solicitar una autorización previa a través de la Prefectura Naval Argentina".
El Anja recaló por última vez en Punta Arenas el 14 de mayo, desde Puerto Argentino, ingresando en aguas chilenas por el Estrecho de Magallanes. El regreso a las Malvinas cubría la misma ruta. Los armadores dispusieron que al retornar a las Malvinas lo hiciera vía canal Beagle y Cabo de Hornos, para evitar el tránsito por mar territorial argentino.

Repercusión

Según El Mercurio, la suspensión de las recaladas del Anja repercute directamente en el comercio de Punta Arenas, ciudad que históricamente ha tenido un vínculo comercial con las islas Malvinas y que en las últimas dos décadas se ha desarrollado en forma regular.
Marcos Ivelic, presidente de la Cámara de Comercio de Magallanes, admitió al diario chileno que están preocupados respecto de los efectos de esta medida y que están recabando todos los antecedentes necesarios para determinar posibles acciones a seguir.
Robert Spink, presidente de la Cámara de Comercio de las islas Malvinas, declaró a El Mercurio que es "lamentable" que por ahora los comerciantes de Puerto Argentino deban abastecerse sólo de los viajes regulares que hay desde Londres cada cinco semanas, donde también llegan cargas de alimentos, artículos de vestuario, de construcción y abastecimiento general. (Fuente: Ámbito Financiero.)

Las recaladas entre Punta Arenas y Puerto Stanley están suspendidas

Empresariado acusa problema político en cese comercial con las islas Malvinas

"Esto más que un problema de tipo económico, es uno de tipo político que nos está perjudicando". Así catalogaron en el sector privado la suspensión comercial entre Punta Arenas y las Malvinas (Falkland).
La suspensión de las recaladas en Puerto Stanley fueron atribuidas al término del contrato entre el portacontenedores "Anja" y la compañía South American Atlantic Service (Saas), suscrito en mayo del año pasado. Según informó a El Mercurio el gerente de la empresa en las Malvinas, Martyn Benson, el buque ya fue destinado a cubrir otro circuito comercial.
Pero trascendidos dicen que las reales causas que llevaron a cortar el abastecimiento a los cerca de dos mil habitantes de la isla serían los costos portuarios que se manejan en Chile y, el más resentido, las restricciones de Argentina para transitar por sus aguas.

Un impacto importante

El seminario regional de comercio, realizado ayer (por el miércoles) en el Casino Dreams, congregó a diferentes actores de la economía local, entre los cuales fue inevitable no hablar del tema; después de todo, fue el "comidillo" del día junto con la cifra del desempleo.
Para las actividades comerciales no es menor este problema, tomando en cuenta que el último viaje del buque (15 de mayo pasado) a Puerto Stanley llevaba cerca de 400 toneladas de carga y al mes generaba ganancias del orden de los $265 millones.
"Nos pilló totalmente de sorpresa. Vamos a reunirnos con nuestros socios afectados y a pedir una reunión a la brevedad con autoridades argentinas para encontrar una solución", dijo Marcos Ivelic, presidente de la Cámara de Comercio regional.
Para el titular de la Cámara Marítima, Carl Lessau, esta irrupción del servicio provocará que Magallanes resienta una caída de los recursos, de trabajo y en el movimiento portuario.

No es costo, es política

Las alternativas que se barajan para poder sortear las restricciones argentinas para abastecer a la isla, es que los buques hagan la ruta a través del cabo de Hornos, pero ello aumentará unos costos que están en tela de juicio.
Se habla de que el carguero suspendió el contrato porque no le salía conveniente atracar en Punta Arenas, por sus altos costos portuarios, prefiriendo el tránsito desde Uruguay.
"El tema de los costos es recurrente y lo hemos abordado varias veces. Navegar por estas aguas es complicado y se necesita de ayuda, eso tiene un costo, pero no determina que en un problema económico", afirmó Lessau.
Ante ello, cobró más fuerza la tesis del "bloqueo marítimo" que en febrero aplicó Argentina a las Malvinas, a través del Decreto 256 que regula el tránsito por sus aguas en el Atlántico Sur.
Esto indignó al empresariado local, quien ya anunció que solicitará una reunión con el Presidente Piñera para tratar el tema. "Tenemos control sobre el Estrecho y que se pongan condiciones, es una pérdida de soberanía", aseguró el presidente de la CPC, Alejandro Kusanovic.
De acuerdo con el "Tratado de Paz y Amistad" (1984), está neutralizado a perpetuidad el estrecho de Magallanes y se asegura la libre navegación para buques de bandera de todas las naciones.
Desde el Consulado Argentino no quisieron referirse al tema, afirmando que no es de su "esfera de competencias", ya que los temas de índole político son tratados directamente por la embajada en Santiago.

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