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omo parte del desarrollo del Programa de Expediciones Club Andino Ushuaia en la primera semana del corriente mes se efectúo una expedición al Campo de Hielos; una enorme sabana helada de 400 kilómetros de largo y 80 de ancho localizados en la frontera Argentino-Chilena en Santa Cruz; en las cercanías del Chalten.
La expedición planteaba grandes desafíos tanto individuales como grupales, entre ellos, los factores naturales de la zona con un clima hostil, temperaturas bajo cero y vientos que superan los 70 kilómetros por hora, la diversidad de los terrenos que se transitarían como glaciares, pasos de altura y la posibilidad equivocarse de ruta. Con respecto a esto último se utilizarían equipos técnicos para la orientación como GPS, mapas, brújula. Y también de seguridad; grampones, mosquetones, piquetas, cuerda, pala, sonda, arnés, serían fundamentales para la travesía. A todo esto el conjunto del CAU encararía un esfuerzo físico importante de caminar seis días con un promedio de 15 kilómetros cada uno cargando sobre sus espaldas mochilas de más de 25 kilos. Otras de las cosas que tendrían que sortear sería la convivencia ya que deberían tener la templanza suficiente para manejar los factores antes mencionados y no producir roces dentro del grupo.
Para poder superar todas estas condiciones, previamente el Club realizó mensualmente salidas programadas de dos días en las cercanías de Ushuaia. El grupo estaba conformado por los monitores, Daniel Catania, Marcelo Donozo y Aymé Ramunda, los cuales son guías profesionales de montaña, completando el equipo los siguientes integrantes: Fernando Bertoletti, Sebastian Rayes y Lisandro Capanna.
Con un espíritu implacable y cargados con mochilas, raquetas y trineos, el grupo emprendió este desafío el domingo 2 octubre bajo una suave llovizna, llegando al nacimiento del Río Eléctrico, lugar del primer campamento, donde se paso la noche. Al día siguiente, y con el buen clima acompañando, imprescindible para realizar la ascensión del Paso Marconi (Puerta de ingreso a los Hielos); caminando con un ritmo sostenido, realizando solamente paradas para hidratarse y consumir la ración de marcha (frutos secos) lograron realizar con éxito el cruce y luego de recorrer unos 10 kilómetros accedieron al refugio chileno Gorra Blanca, el cual brindaba en el horizonte el majestuoso Campo de Hielo Continental, un inmenso desierto blanco y helado.
A pesar de haber transitado solamente la tercera parte de la travesía, el agotamiento físico se hacia notar. Iniciaron el tercer día, bien temprano, dirigiéndose hacia el Circo de los Altares, conformado por los Cerros Rincón, Domo Blanco, Las Agujas, 4 Dedos, Atchachila, Inti, Bífida, Standhardt, Egger y el Cerro Torre, donde armaron campamento. El clima desmejoro rápidamente y luego de una tormenta de nieve que azotó toda la noche, al día siguiente pudieron retomar la marcha, para llegar a la seguridad del refugio argentino Paso del Viento, donde tuvieron que quedarse un día más debido al mal tiempo reinante, el cual permitió al grupo recuperar fuerzas. Si bien las condiciones climáticas no eran las mejores, y el viento soplaba muy fuerte, partieron hacia el Lago Viedma para establecer el último campamento antes de llegar al Chalten.
La expedición se realizó en total autonomía, sin contar con ayuda exterior (helicópteros, porteadores, etc.) transitando en el lapso de una semana una distancia de más de 80 kilómetros, transcurriendo la mayor parte sobre glaciares. “Estamos felices por el logro obtenido en virtud de las dificultades que el mismo ofrecía a cada individuo pero por sobre todo al grupo, sacando a relucir las mejores cualidades de éste: el compañerismo. Asimismo queremos agradecer al Club Andino Ushuaia, el cual nos dio la oportunidad de llevar adelante este desafío y deseamos que la experiencia sirva para futuras expediciones” fue la expresión de los expedicionistas al regreso a Ushuaia y ya pensando en un nuevo objetivo.
