Geomorfología glacial

Investigación sobre el paisaje glaciario

25/02/2014
L
ucas Oliva –geólogo de profesión y amante de la montaña– se encuentra realizando su tesis doctoral, bajo la dirección del Dr. Jorge Rabassa, director del CADIC. Recibido en la Universidad Nacional de Córdoba, busca un paso académico más con la ayuda de una beca del CONICET, y ha elegido a Tierra del Fuego como su zona de estudio.
El sentido de su investigación, es ayudar a determinar con precisión la acción del calentamiento global, que marca la finalización de la última era glacial. Para ello delimitó, valiéndose de imágenes satelitales, un gran número de zonas de interés en los Andes fueguinos. A partir de esto, desde hace un tiempo se encuentra recorriéndolos personalmente, con el objeto de tomar fotografías, hacer descripciones geomorfológicas y relevar datos de interés.
Estas zonas que se conocen como “circos glaciarios”, son cavidades que representan las áreas de acumulación primaria de nieve, y suponen el paso previo a la transformación de la misma en hielo, para luego volcarse pendiente abajo por los valles como verdaderos ríos de hielo. Hoy, existen pequeños casquetes o porciones de este hielo en retirada –como es el caso del conocido glaciar Le Martial– y en la mayoría, sólo vestigios en forma de sedimentos llamados morrenas (entre otros) o pequeñas lagunas glaciarias. Su trabajo además tiene como próximo objetivo el de intentar, con la colaboración de colegas extranjeros, averiguar la edad de éstos sedimentos, para poder realizar con precisión un modelo que explique qué ocurrió con los glaciares de Tierra del Fuego, cómo se comportaron y respondieron a ésta última época geológica, donde se sabe que aumentó la temperatura media del planeta.
“La cuestión de estudiar circos glaciarios tiene su interés particular; los circos son depresiones formadas en la parte alta de la montaña, y conforman el espacio donde se empieza a depositar nieve para luego –por acumulación– convertirse en hielo, y posteriormente pasar a constituir un glaciar propiamente dicho. Éste puede o no canalizarse por un valle. Es interesante estudiarlos porque los glaciares de circo, y el cuerpo de hielo que alguna vez ocupó ese espacio, al tener un volumen de hielo relativamente pequeño comparado con grandes glaciares, son muy sensibles a los cambios de temperatura y modificaciones en el ambiente. Entonces, si hay por ejemplo un aumento en la temperatura global, lo va a registrar con mayor fidelidad y en un menor plazo que los grandes glaciares de valle. Estudiar la forma que dejan estos glaciares en el paisaje, que son estos circos, te permite reconstruir como fueron las condiciones en el pasado”, manifestó en diálogo con EDFM.
Respecto a su objetivo, aseguró: “lo que busco básicamente es determinar en qué momento los últimos glaciares de circo en la cordillera fueguina, se empezaron a retirar”, y en cuanto al porqué de su elección de elaborar su investigación en nuestra provincia, comentó que: “para empezar, Tierra del Fuego es un lugar interesante en sí, porque representa la última porción de cordillera dentro del continente, antes de llegar a la Antártida, y son las manifestaciones más australes que se encuentran de los Andes que tienen vestigios glaciarios. Es importante porque hay poco estudiado en la zona, y es un punto estratégico en cuanto a estudiar condiciones paleo ambientales entre el continente y la Antártida; es como un eslabón que representa cierta importancia”.
En relación a la articulación de su trabajo con otras investigaciones, sostuvo: “una de las cosas que me interesan a mí, es ver qué morfología han tomado estos circos durante su formación. Suelen tener forma subcircular, como de un anfiteatro, pero hay factores que hacen que se generen formas más irregulares; esto se puede atribuir al tipo de roca sobre el cual se han formando y las estructuras tectónicas que posiblemente estén afectando a esas rocas. Entonces, por ejemplo, en el CADIC hay un geólogo que se dedica al estudio de rocas, y en éste aspecto puede aportar en cuestiones de petrología. También, hay quien se dedica a la parte de estructuras y tectónica. Una de las consultas que tendría que hacerle al petrólogo es ver en que muestras puedo encontrar unos elementos de interés que estamos buscando, para poder hacer dataciones. En los cuerpos morrénicos (que son depósitos sedimentarios que deja el glaciar a su pié y cuando se retira) pueden extraerse estas muestras y se puede averiguar la edad mediante métodos de laboratorio, que buscan determinar en qué momento se supone que un bloque de roca quedó expuesto a la superficie, por la alteración de estos elementos que buscamos; alteración que sufren a raíz de quedar expuestos a un tipo de radiación existente, que afecta a todo lo expuesto a la superficie. Entonces, la lectura que arrojarían estos análisis dan cuenta del momento en que estos bloques quedaron expuestos, y esto supone el momento en que el glaciar se retiró de ese sitio”.
Para finalizar, precisó: “Todo esto sirve para ir avanzando en el conocimiento en diversos aspectos, como por ejemplo, mientras uno más estudia en detalle cómo se comportaron los glaciares frente a distintas condiciones ambientales, con mayor precisión se podrá predecir de qué manera responderán estos, frente a cambios climáticos posibles en el futuro”.