La defensa afirmó que no hubo delito

La defensa afirmó que no hubo delito

27/08/2015
E
l abogado defensor de los responsables del local nocturno Red And White (ex Black And White),  acusados de trata de personas, negó que sus representados hayan incurrido en ese delito y sometido a explotación sexual a las mujeres que trabajaban en el local nocturno.
Al respecto, el letrado Raúl Paderne argumentó que “cambió la ley y antes no era delito”, ya que “al momento de las denuncias estaba regulada la trata de personas”, y no era delito cuando la prostitución se ejercía con consentimiento y siendo mayor de 18 años.
Sostuvo que el responsable del local, Víctor Morales, “declaró largo y concreto, contando las realidades de lo que era la vivencia de los clubes nocturnos en ese momento”, y en esa línea remarcó que “no existía el delito de trata bajo ningún punto de vista”, y si bien “es una modalidad que hoy no está aceptada y tiene otra visión de la sociedad” en ese momento “era una actividad habilitada, legal y bajo normas legales”.
Luego calificó al juicio que se sustenta como una “hipocresía jurídica” ya que “distintas leyes en ese momento exigían a las alternadoras que tenían que ir a hacerse un estudio médico de sida, otro de Hepatitis B y en la Policía tenían que sacar un certificado de buena conducta para poder ser alternadoras”, por lo que “era una situación legalmente contemplada y estaba regulada” y en función de ello “era imposible que en Ushuaia existiera el delito de trata de personas”.
“Existía el ejercicio de la prostitución claramente pero no el delito de trata”, consideró, aunque “la Argentina cambia a partir del caso de Marita Verón”. Y añadió que hasta “el consentimiento de la persona mayor de 18 años era excluyente del delito de trata de personas, y cuando cambia la ley ya no importa si la persona es menor o mayor y ese es básicamente el caso”.
Paderne enfatizó en Radio Nacional Ushuaia que la nueva legislación surgió “un año y medio después; la ley diferenciaba que la existencia de delito desaparecía ante el consentimiento de la persona para prostituirse pero no lo hacía respecto de los menores. Para la persona mayor que no estaba sometida por violencia o por engaño y prestaba conformidad, la actividad de alternar estaba no sólo permitida sino regulada”.
El abogado también negó que las mujeres hayan llegado engañadas o coaccionadas a la ciudad: “no eran secuestradas si no que venían en forma voluntaria, llegaban por libertad propia y nadie las traía con una pistola en la cabeza”, además de que “tenían que ir a entes estatales, al hospital, a la Policía, y era materialmente imposible” que estuvieran trabajando contra su voluntad .
Luego apuntó que en el caso llevado a juicio “es imposible la trata” ya que “las mujeres no tenían ninguna imposición para hacer pases, que era la posibilidad de la chica que alternaba de irse y tener relación sexual con un cliente, era su libertad hacerlo o no”.


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