E
l paro de actividades del pasado jueves que motorizó la Mesa Sindical blanqueó las profundas diferencias que existen entre distintas organizaciones gremiales, las cuales vienen de arrastre y trascienden las motivaciones que originaron la medida de fuerza.
La muestra de ello fue la decisión que partió desde la “cabeza” de la Mesa de impedir la presencia en la movilización hacia Tribunales de los afiliados del Sindicato Unificado de los Trabajadores de la Educación Fueguina (SUTEF), a quienes se quiso obligar a ocupar el último lugar de la columna y a que no mostraran sus carteles y pancartas. El gremio docente no aceptó ese condicionamiento y por eso no participó de la marcha, y decidió concentrarse frente a la sede de la CTA Autónoma, en calle Magallanes, para luego desconcentrar sin marchar.
Cabe recordar que la medida de fuerza fue convocada en rechazo del juicio a un grupo de trabajadores docentes y camioneros que participaron por la toma de Casa de Gobierno, en 2013. Y en rechazo de la implementación del Código Contravencional aprobado en la Legislatura en 2014, y que a criterio de los sindicatos avanza en el concepto de la “criminalización de la protesta”.
Por eso llama la atención que la Mesa le haya soltado la mano al SUTEF y no hiciera lo mismo con Camioneros, que sí participó en la movilización. Que Camioneros integre la Mesa y el SUTEF no lo haga no parece ser un argumento suficiente.
La razón habría que buscarla en la lucha de poder que desde hace años llevan adelante el SUTEF y la Asociación Trabajadores del Estado, a partir de los posicionamientos que adoptó cada gremio en sus reclamos y negociaciones con la gestión de Fabiana Ríos. La actitud combativa del SUTEF a la hora de la negociación salarial contrastó fuertemente con la más conciliadora y cauta de ATE, lo que llevó a las dirigencias a mantener más de un enfrentamiento mediático con pases de factura incluidos. Desde el gremio docente se llegó a acusar a sus pares de ATE de “romper” la lógica de las negociaciones propendiendo a acuerdos “a la baja” en términos porcentuales, en detrimento de los planteos del resto de los sectores estatales.
En ese marco, la toma de Casa de Gobierno profundizó aún más las diferencias ya que ATE siempre cuestionó los hechos de mayo de 2013 y, en un claro mensaje sobre todo para los referentes docentes Horacio Catena y Raúl Arce, repudió a la violencia como metodología de protesta y hasta se mostró cercano al Ejecutivo de Fabiana Ríos. Ese acercamiento le costó más de una crítica a la dirigencia de ATE de parte de su propia tropa, al punto que sectores disidentes de ese gremio hicieron causa común con el SUTEF y otros gremios estatales en diferentes reclamos al Gobierno provincial.
Curiosamente, ese rechazo a la violencia como metodología de protesta y herramienta de presión que postula ATE no se hizo visible en esta oportunidad cuando la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA), que integra la Mesa, distribuyó volantes advirtiendo a los empresarios del sector que se atuvieran a las consecuencias en caso de abrir sus negocios el día del paro. Tampoco fue contundente ante el hecho de que desde la UOM no se dejara ingresar a trabajar a los empleados del sector fabril, o ante el corte de calles que impidió la libre circulación por muchos sectores de la ciudad.
Un ambiguo Carlos Córdoba, secretario general de ATE, sostuvo que ese tipo de medidas muchas veces eran necesarias para forzar el diálogo con la patronal. Sostenía el jueves en FM Artika que “no tendríamos que necesitar golpear a alguien o romper algo para poder ser escuchados. No podemos vivir a las trompadas, manifestándonos o cortando calles para poder ser atendidos”.
Sumaba contradicción al sostener que “no puede ser que ATE sea el único gremio estatal que integra la Mesa Sindical, Ojalá que estuviéramos todos los trabajadores estatales sentados a una mesa junto a los sindicatos privados para regularizar algunas cuestiones que favorezcan a toda la población”. Justamente, la “sugerencia” al SUTEF desde la Mesa Sindical habría sido motorizada por ATE y por la UTHGRA, descontentos por el protagonismo asumido por Catena.
Pero, además, en la Mesa Sindical tampoco miran con buenos ojos el creciente protagonismo de Córdoba como referente del sector, teniendo en cuenta que la Mesa surgió como una agrupación de gremios privados.
Pero las desavenencias entre ATE y SUTEF también pueden rastrearse en las últimas elecciones de la Central de los Trabajadores de la Argentina, en las que se impuso el sector encabezado precisamente por Catena, secundado por el referente de ATE Roberto Camacho.
Cabe mencionar que unas mil personas marcharon el jueves hasta Tribunales, lo que dejó más que satisfechos a los organizadores. No se descartó la posibilidad de una nueva medida de acción para este miércoles, cuando en el marco del juicio se den a conocer los veredictos contra los 33 gremialistas acusados. Y volverá a darse la convivencia forzosa frente a Tribunales, más allá de las banderas y los slogan.
