utoridades del gobierno de Tierra del Fuego desmintieron ayer que se le haya quitado la prioridad de amarre en el puerto de Ushuaia a los buques de carga con bandera nacional, como denunció en un comunicado la Cámara Naviera Argentina.
Funcionarios de la Dirección Provincial de Puertos (DPP) explicaron que si bien se derogó la resolución 990/2010 de ese organismo, la disposición que la reemplazó (Nº 464/2016) continúa priorizando el amarre de barcos de carga argentinos.
“Atendimos un pedido de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la Nación para mejorar la competitividad pero no eliminamos ninguna prioridad. La nueva resolución sostiene que la prioridad de amarre la tiene el barco que llegue primero al puerto, salvo que haya un buque argentino a seis horas de navegación o menos”, detalló el presidente de la DPP, Néstor Lagraña, en diálogo con EDFM.
Según mencionó, antes, si un buque extranjero ya había atracado y estaba descargando, y llegaba uno de bandera nacional, debía retirarse para darle espacio al de bandera argentina, para luego volver a entrar al puerto, lo que desalentaba el tráfico de empresas de otros países.
Además, en el 2010 había un solo punto de amarre en el puerto y ahora hay dos, con lo que “siempre habrá un lugar para priorizar el buque nacional si se superpone con otro extranjero”, precisó.
La resolución 464 firmada por Lagraña señala que “la prioridad de muelle en el puerto de Ushuaia para el atraque de buques de carga que ofrezcan servicio regular, la tendrá el que arribe primero a rada, cualquiera sea su bandera de tratamiento, a excepción de que un buque de bandera argentina se encuentre a seis horas del puerto”.
De todas maneras, la disposición estipula una vigencia de “cuatro meses” para que se puedan evaluar sus resultados.
El subsecretario de Puertos y Vías Navegables de la Nación, Gerardo Metz, le había solicitado por nota a la DPP un “trato igualitario” para las embarcaciones de carga, con el objeto de generar “mayores oportunidades para el establecimiento de nuevas líneas de transporte marítimo”.
El funcionario nacional se refirió en ese escrito a la necesidad de evitar costos extras para la producción local, al reducirse la oferta de bodegas y obligar a la utilización de transporte terrestre.
Por su parte la Cámara Naviera Argentina rechazó el cambio de modalidad por “intempestivo” y porque “se pone en peligro al cabotaje nacional reservado al pabellón argentino, pues implica una competencia asimétrica con las navieras multinacionales, que utilizan la zona como meros puertos de escala y tienen capacidad para afrontar los costos de espera”, observaron en un comunicado.
También agregaron que la medida “echa por tierra con el esfuerzo invertido en adquisición de buques de bandera argentina y atenta también contra numerosos puestos de trabajo de navieras nacionales que atienden el tráfico del puerto”.
“La decisión sorprende aún más pues surge en momentos en que, para mejorar la competitividad de nuestra industria naviera, se venían manteniendo reuniones con las autoridades del área y se había constituido una comisión tripartita, formada por los sectores armatorial, gremial y gubernamental”, se quejó la cámara naviera.
En tanto, el gobierno fueguino replicó que el servicio de cabotaje nacional se cumple con “solo cuatro barcos” lo que genera “costos elevados y demoras imposibles de soportar para algunas empresas”.
Con otras líneas regulares “mejorará la competitividad” y “habrá mayor actividad para sectores como los estibadores y las empresas transportistas que trabajan en el puerto”, argumentaron.
