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l intendente de Ushuaia, Walter Vuoto, recibió junto a funcionarios de su Gabinete a más de un centenar de antiguos pobladores para agasajarlos en la tradicional cena, en vísperas del 132° aniversario de la ciudad.
En un ambiente de recuerdos, anécdotas y balances del transcurso de estos años, los invitados compartieron sus mesas compuestas por cinco generaciones. Y en otros casos el evento fue el escenario para reencontrase con vecinos de hace más de 70 años y revalorizaron e intercambiaron nuevas ideas, proyectos y compromisos.
Con la particularidad de haber compartido un show a cargo de artistas ushuaienses, se presentó un emotivo video que conmovió a gran cantidad de los invitados, por la necesidad colectiva de dedicar un momento para echar una mirada hacia atrás y agradecer a quienes trazaron un camino para Ushuaia.
Vuoto agradeció y subrayó el “honor de poder compartir este encuentro, que me lleva a pensar que fui creciendo en esta ciudad, que hace tiempo atrás era un pueblo”, valoró a “esos pioneros que fueron poblando esta tierra con voluntad y sacrificio”, y resaltó “cómo fuimos construyendo esta ciudad que elegimos para vivir”.
“Pienso en los que ya no están y que con sus sueños y esperanzas también nos marcaron el camino hacia dónde tenía que crecer Ushuaia, por eso siento que esta ciudad se levanta con un sueño triunfal”, enfatizó.
Asimismo, reconoció la organización de muchas áreas de la Municipalidad que hicieron posible llevar a delante dicho evento, pero por sobre todo destacó el trabajo de “la Comisión de Antiguos Pobladores, que sin esos hombres y mujeres este homenaje sería impensado. Es importante pensar que seguimos construyendo esta Ushuaia siguiendo el camino que trazaron”.

Voces de protagonistas

Durante los festejos hubo una distinción especial, en la cual el público presente le cantó el feliz cumpleaños número 90 al reconocido profesor Antonio Marte, quién dedicó gran parte de su vida a la educación fueguina siendo impulsor de importantes actividades, entre ellas la feria de ciencias.
Las hermanas Ángela y Olinda Pérez recordaron entre risas y lágrimas cuando apenas tenían 9 años de edad: “Nuestro padre trabajaba en la limpieza de la cárcel y mi tío era guardiacárcel, había tardes en las que junto a los presos buenos nos íbamos al cine todos juntos. En ese tiempo vivíamos frente a la Base y teníamos buenos tratos con la mayoría de los presos, nos ayudaban a juntar leña para calefaccionarnos cuando la nieve nos tapaba, y de verano nos encantaba ir a la playa a mariscar. Sin embargo, los tiempos cambiaron y hoy disfrutamos de tener la dicha de compartir la mesa con nuestros hijos, nietos y bisnietos, porque sentimos que es un regalo de Dios”.
En tanto, Amanda Beban confesó que tildó a muchos vecinos como “abuelos ochentosos”, entre ellos a su madre de 85 años de edad, y dijo que “yo siempre que puedo estoy visitando amigos o viejos conocidos, trato de que hagamos cosas porque necesitamos estar activos y si tuviese que pedir un deseo o regalo a la comunidad, no pensaría solo en los antiguos pobladores, sino en toda la gente mayor y pediría un poco de respeto”. Y dijo anhelar “profundamente que muchos hijos cuiden de sus padres, que no los tengan encerrados mirando un poco de televisión, porque así el adulto mayor se va apagando de a poco cuando en realidad tenemos todo para ser activos y seguir disfrutando de esta ciudad”.