as altísimas velocidades y los accidentes cada vez más violentos provocan preocupación en lo vecinos de Río Grande que acuden casi a diario a solicitarle a los ediles, la colocación de reductores de velocidad, más conocidos como lomos de burro, para frenar la ola de imprudencia que se vive por estos días.
Es que por negligencia, inconciencia, desinterés o falta de responsabilidad, los accidentes de tránsito se replican a diario en diversos puntos de la geografía riograndense, con un factor en común en la mayoría de los casos: se podrían haber evitado.
Por ello, los pedidos en el Parlamento se replican. Chacra II, Chacra IV, Chacra XIII y Margen Sur son las zonas más afectadas por la siniestralidad vial, como así también los sectores atravesados por la Ruta Nacional 3 o amplias avenidas.
“Los pedidos de reductores de velocidad son diarios. La gente está preocupada porque los accidentes son cada vez más violentos y por eso nos llega un pedido de instalación de lomo de burro al menos una vez por día”, contó la concejal Verónica González.
La misma edil, que trabajo en un proyecto de adecuación de muchas calles de la ciudad, precisó que “sabemos que el reductor de velocidad no es la solución de fondo, pero tampoco podemos asignar un inspector de tránsito a cada conductor. En tanto y en cuanto haya gente que no tome conciencia de la gravedad de sus actos, los reductores de velocidad son el paliativo apropiado”.
Ante el planteo de la edil riograndense, El Diario del Fin del Mundo consultó al dirigente vecinal de Margen Sur, Sergio Fresia, quien adhirió a algunos postulados de Verónica González pero, en término generales, rechazó la colocación masiva de lomos de burro y abogó por mayores controles de tránsito.
“La mayoría de los vecinos no se sí están conformes con tanto reductor de velocidad”, precisó y a su vez, señaló que “hay gente que maneja muy mal, es cierto, pero no por eso debemos padecer todos la incomodidad de tener que lomos de burro en casi toda la ciudad”.
“Es cierto lo que dice la concejal González: mucha gente maneja muy mal, hay un grado de imprudencia muy alto en una parte de la sociedad que no entiende el daño que puede provocar con su automóvil”, señaló.
Sin embargo, y para finalizar, Fresia aseguró que “yo soy de los que piensan que no se pueden poner reductores de velocidad solo porque la gente los pida. Hay calles y avenidas donde los reductores de velocidad son muy necesarios y otras arterias donde alcanza con mejorar los controles de tránsito”.
