Siniestro episodio en Río Grande

Sospechan del padre de la nena que fue violada antes de morir junto a su hermano en un incendio

Es uno de los 4 detenidos que tiene el caso y el último que estuvo con las criaturas de 3 y 5 años, antes de que se produjera el incendio. La Justicia remitió ayer a Buenos Aires 40 muestras de ADN para cotejar, además de prendas de vestir, el semen encontrado en el cuerpo de la niña con material genético de los imputados. Se comprobó que las víctimas fallecieron por inhalación de monóxido de carbono y quemaduras. El niño no habría sido abusado.
16/05/2017
E

l padre de la nena de 3 años de edad que fue abusada sexualmente antes de morir junto a su hermano de 5 años poco después de un incendio ocurrido el sábado en la ciudad de Río Grande, se convirtió en el principal sospechoso del caso mientras se espera el resultado de pruebas de ADN que podrían confirmar su participación en el hecho, según revelaron ayer fuentes judiciales.
Johan Franco Lazarte (de 25 años) es uno de los cuatro detenidos que tiene la investigación llevada adelante por el juez penal subrogante Sergio Dieguez, ya que también fueron imputados Rubén Fabián Lazarte (de 43 años) abuelo de los chicos, Ulises Daniel Mancilla (de 24 años) tío de las víctimas y Juan Ricardo Gómez, ex pareja de la abuela de los niños.
Todos ellos fueron indagados ayer al mediodía por el magistrado y continúan presos a la espera de que se resuelva su situación procesal, en el término de diez días, indicaron las fuentes.
Franco Lazarte (de 5 años) y Emili Celeste Lazarte (de 3 años) fallecieron el sábado a la tarde como consecuencia de la inhalación de monóxido de carbono y de las graves quemaduras sufridas durante el incendio de la casilla de madera que habitaban en la calle Karukinká 573, ubicada en el asentamiento Fuerza Unida de la Margen Sur de Río Grande.
La investigación tuvo un vuelco cuando las autopsias sobre los cuerpos, realizadas horas más tarde, arrojaron que la niña había sido violada poco antes de su muerte.
La Justicia informó ayer en un comunicado que esos estudios fueron realizados por los médicos legistas y miembros del Cuerpo de Peritos Forenses del Poder Judicial, Inés Aparici y Javier Fernández, quienes siguieron “estrictamente” los “procedimientos establecidos dentro del protocolo de este tipo de casos”.
En el caso de la niña, los forenses descubrieron que “presentaba indicios de haber sido víctima de un abuso sexual, debido a que se registró en su cuerpo la existencia de material genético” pasible de ser cotejado.
En cuanto al niño, no presentaba “lesiones compatibles que permitan suponer la existencia de abusos contra su integridad sexual”, precisaron desde la Justicia.
A su vez, los médicos forenses evaluaron físicamente a los cuatro sujetos imputados en la causa, para constatar la presencia de posibles lesiones, al tiempo que “les extrajeron muestras de ADN”.
Los facultativos lograron constituir 40 muestras genéticas, incluido el material hallado en prendas de vestir, que fue remitido de inmediato al Colegio de Farmacéutico de Buenos Aires para su análisis.
De manera preliminar, se logró establecer que la niña falleció a causa de la “inhalación de monóxido de carbono”, en tanto que el niño perdió la vida producto de las “quemaduras” que presentaba en su cuerpo.

Indicios y sospechas

La policía provincial realizó, poco después del hecho, una serie de averiguaciones que terminaron con la detención de los cuatro integrantes de la familia en calidad de sospechosos.
Voceros judiciales explicaron que el padre de los menores había quedado a su cargo el día del siniestro, porque la mamá de los chicos, Gabriela del Valle Zerda (de 24 años) estaba cursando estudios en la universidad.
Sin embargo, el hombre declaró que se fue de la casa poco antes del incendio (uno 20 o 25 minutos) dejando a los niños mientras miraban televisión, para cumplir con “asuntos laborales”.
Las pericias realizadas por personal de bomberos arrojaron que el fuego comenzó a raíz de un cortocircuito y, presuntamente, por la sobrecarga de un tomacorriente.
No obstante, los investigadores no descartan ahora que podría haberse tratado de un hecho intencional para encubrir el abuso, y señalan como indicio que el padre de las víctimas es electricista.
Otro dato que llamó la atención de los peritos es que la puerta de entrada a la casa no tenía picaporte en el interior, lo que podría haberse convertido en una “trampa mortal” para los niños cuando intentaron escapar en medio del humo y las llamas.
El juez Dieguez, en su carácter de subrogante del Juzgado de Instrucción Nº 2 de Río Grande se entrevistó primero con el Director General de la Policía Zona Norte, Comisario Mayor Daniel Moraga, y luego concurrió a la casa incendiada, e incluso estuvo presente durante las autopsias realizadas horas más tarde.
El magistrado esperará los resultados de las pruebas de ADN y los testimonios que puedan sumarse al expediente, antes de resolver la situación procesal de los acusados.

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