l pasado fin de semana se concretó la 6ª edición del Gran Premio de la Hermandad Histórico, competencia de rally raid de regularidad con autos de todos los tiempos en una forma de emular a su competencia madre e icono de estas latitudes que realizó el pasado agosto su 44 edición: el Gran Premio de la Hermandad.
La competencia recorre unos 800 kilómetros entre Río Grande y Puerto Porvenir en Chile, justamente este año el sábado el punto de partida fue Porvenir, pasó por Cerro Sombrero en la parte norte de la isla de Tierra del Fuego chilena para después encarar hacia suelo argentino e ir en busca del arco de llegada en Río Grande. El domingo se realizó el mismo trayecto, pero en forma inversa rumbo a Porvenir.
Para esta edición fueron 45 los inscriptos marcando un récord impensado para los organizadores quienes tienen como principal referente a Gastón Carletti.
La carrera no es de punto a punto y de velocidad pura cronometrada como el GPH, esta competencia está considerada como una prueba de regularidad que es una manera distinta de dominar el automóvil. Se trata de llevar con precisión de centésimas una hoja de ruta que muestra velocidades exactas que cumplir, tiempos medidos con precisión de centésimas y señales viales que hacen posible seguir las indicaciones que el navegante, cronómetro en mano, le indica al piloto. Por su parte. este debe tratar de llevar el auto con mucha sensibilidad en lo que a velocidad se refiere.
El fin de semana tuvo sus ganadores con preseas más que importantes dado que en la Categoría “A” el triunfo fue la dupla chilena Kalazich-Kalazich con el batallador Toyota Starlet. Para la Categoría “B” la dupla proveniente de Comodoro Rivadavia: Pachmann-Casado, con un Renault 12 se adjudicaba el segmento. Con un Ford Taunus ganaba la Categoría “C” un habitué de esta competencia; Claudio Horvat-Daniel Sosa. En tanto que en la Categoría “D” con un Torino Grand Routier, José Ayerbe-Lucas Baños se quedaban con la presea mayor.
Dos grandes jornadas donde la camaradería, la buena onda, el amor por este tipo de vehículos y competencias, fue la moneda frecuente. Esa actitud es la que denota el porqué año a año mantiene un franco crecimiento, desde aquel tímido primer GPHH donde sólo eran un puñado de pilotos aventureros, eso fue levando para que hoy sea un gran evento que bien merecido tiene su lugar en el calendario del automovilismo fueguino.
