El rompehielos ARA “Almirante Irízar” llegó a la Antártida
Pasó por la Base Petrel y se encuentra en la Base Esperanza

El rompehielos ARA “Almirante Irízar” llegó a la Antártida

10/01/2018
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l rompehielos ARA “Almirante Irizar” arribó a la Antártida y la primera Base en realizar recambio de personal y aprovisionamiento, fue Petrel pero actualmente ya se encuentra en cercanías de la Base Esperanza realizando tareas similares.
El buque navegó durante dos días desde Ushuaia hasta el continente blanco. No pasaron muchas horas desde que el rompehielos ARA “Almirante Irízar” zarpara el martes 2 a las 20.27 desde la ciudad de Ushuaia para que iniciara su navegación hacia el este por Paso Macklinlay. Luego, durante la madrugada, transitó por los pasos Picton y Richmond.
Esa noche su Comandante, Capitán de Fragata Maximiliano Mangiaterra, recomendó a la tripulación que verificara el “correcto son de mar” –alistamiento- de los efectos personales en los alojamientos y de todo el equipamiento destinado a desembarcar en la campaña. Palabras que anunciaban lo próximo que se encontraban de la Antártida y de lo poco que faltaba para comenzar la actividad en ese continente.
Al día siguiente, alrededor de las 4, la proa del rompehielos se enfrentaba a las aguas del Pasaje de Drake, donde se juntan los océanos Pacífico y Atlántico, considerada como una de las zonas de navegación más difíciles a las que hay que enfrentarse y paso obligado de este buque de la Armada para acceder a la Antártida.
El Drake lo recibió con una calma inusitada pero con movimientos ondulares de estribor a babor que asemejaban a los de una mecedora. Los vientos, que durante la mañana tuvieron una intensidad de 22 nudos, fueron disminuyendo hacia la tarde y, a pesar del frío, el sol alumbró brindando una sensación de calidez.
Esa noche, pasada las 21, todavía se podía apreciar la claridad del día reduciendo las horas de oscuridad, y comenzando a alterar los relojes biológicos de quienes se acercaban cada vez más al continente blanco.
El ARA “Almirante Irízar” pasó el paralelo 60°S el jueves a las 3 e ingresó al sector antártico argentino comprendido entre los meridianos 25° y 74°O, y el paralelo 60°S y el Polo Sur.
De esta forma el “Irízar” transitó ese tramo de mar que separa América del Sur de la Antártida con una distancia de 738 millas náuticas, entre el cabo de Hornos (Chile) y las islas Shetland del Sur (Antártida), conocido como pasaje de Drake, paso Drake o Mar de Hoces. Fueron 35 horas con vientos regulares y olas que no superaban los 1,5 metros.
A las 15 había quedado atrás el Drake y el Mar de La Flota daba la bienvenida.
En las aguas del estrecho Antártico los témpanos se divisaban con cierta dificultad por la leve nevada y un registro de temperatura de -1ºC.
El jueves, pasadas las 20, arribó a Petrel, la primera de las bases donde se concretó actividad logística en el marco de la Campaña Antártica de Verano 2017/18. Luego fue el turno de la base Esperanza.

Continúa la campaña

Ubicada en punta Foca de la bahía Esperanza en la península Trinidad está base Esperanza, una de las seis bases antárticas permanentes de Argentina, donde el viernes por la mañana llegó a bordo del Rompehielos ARA “Almirante Irízar” parte de la dotación, integrada por 16 efectivos del Ejército Argentino, que realizará la invernada 2017/18.
Entre ellos se encontraba el Jefe de Base, el Mayor Leandro Martín Sakamoto y el Encargado de la Base, Suboficial Principal Eduardo Páez, quienes van a vivir la experiencia de conducir a una dotación de 55 personas.
Entre la dotación se encuentran dos miembros de la Fuerza Aérea: un encargado de meteorología y una auxiliar que invernarán allí hasta la próxima Campaña Antártica de Verano.
A ellos se suman durante este verano, seis científicos en tránsito de la Dirección Nacional del Antártico (DNA), dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina, que van a llevar a cabo investigaciones científicas geológicas y biológicas.
La base cuenta con una estación meteorológica y un laboratorio antártico multidisciplinario a fin de realizar investigaciones de glaciología, sismología y biología marina y terrestre.
Numerosos vuelos se efectuaron durante la mañana y parte de la tarde para concretar el traslado y recambio de las dotaciones: una ansiosa por retornar y otra con las expectativas de lo que les depararía el continente antártico.

Familias antárticas

Mientras el rompehielos se aproximaba, desde lejos se podían apreciar mujeres, niños y hombres en la base antártica Esperanza, la única base argentina, y la segunda -junto con la chilena Villa Las Estrellas-, donde habitan familias, informó la Gaceta Marinera.
Todos ellos esperaban ansiosos, después de más de un año de permanencia retornar al continente, sobre todo a bordo del rompehielos. Ellos querían vivir la experiencia de embarcar en este buque que, tras una década, recibía a bordo a la primera dotación antártica para luego trasladarlos hasta Marambio y de allí regresar vía aérea.
Este año serán siete las familias que invernarán en Esperanza con sus respectivos hijos; para lo cual cuentan con una escuela, la Nº 38 “Presidente Raúl Ricardo Alfonsín que pertenece a la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, la más austral del mundo. Allí se desempeñarán dos docentes seleccionados por el Ministerio de Educación de Tierra del Fuego que, para integrar la dotación, hicieron el curso de ambientación, mientras que sus esposas debieron cumplimentar con una serie de cursos durante el año para cumplir el rol de directoras.
La oficina postal del Correo Argentino, el Registro Civil, la enfermería y el hospital, el puerto, servicio de internet y telefonía, una usina, la emisora de radio LRA36 Radio Nacional Arcángel San Gabriel y la Capilla San Francisco de Asís, la primera capilla católica de la Antártida, van a permitir que quienes residan allí se sientan cómodos en este pequeño poblado de alrededor de 80 personas distribuidas en 43 edificios que cubren un total de 374.000 mts².
El Suboficial Principal Eduardo Páez que se desempeñará como Encargado de la Base detalló que las siete familias que van a invernar son de personal de Ejército y fueron especialmente seleccionadas. Provienen de distintas provincias como Mendoza, Buenos Aires, Misiones, entre otras, a las que se suman las familias de los docentes de Tierra del Fuego.

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